Refugio Peligroso

CAPITULO 1
Desde la terraza del Aeropuerto del Ezeiza, Gustavo de once años contempla el avión, en él van sus padres rumbo a lejana España. “Ojala que la tía Esther se cure”, piensa, “así papá y mamá podrán volver pronto a casa”. Mira esperanzado a su abuela Amalia.
El ómnibus espera para llevarlos de vuelta a la ciudad; a la espaciosa casa de Palermo viejo donde Gustavo y su abuela pasarán,juntos ese largo y frío mes de julio.
Gustavo está de vacaciones, se levanta y toma un rico desayuno que le da la abuela. Luego se calza los patines y mira por la ventana dispuesto a dar una vuelta por el barrio.
Todos sus amigos se fueron de vacaciones.
Conoce a un nuevo amigo que se llama Matías que tiene nueve años, el cual vive con su padrastro.
Gustavo le cuenta que sus papas viajaron aEspaña, que cuando vuelvan le van a traer un tren eléctrico con puentes, y edificios.



CAPITULO 2
Gustavo espera a su nuevo amigo en la placita de Serrano y Honduras. Quedaron en encontrarse para dar una vuelta o patinar. Matías llega tarde.
Hola por fin llegaste – dice Gustavo
Sí , pero no puedo quedarme
¿Por qué?
Esta tarde tengo que trabajar
¿ Yo te puedo ayudar?- pregunta Gustavo
Bueno
Losniños se ponen a vender unos libros que consigue Miguel ( el padrastro de Matías) al costo, en la fábrica donde trabaja todo el día (porque él es sereno del edificio de enfrente solo de noche).
Los dos se encaminan hacia la Avenida Córdoba a probar suerte.
Gustavo le vende 5 libros a la señorita Julia, su profesora de plástica de tercer grado, para sus alumnos particulares y sus sobrinos.Gustavo de golpe nota que está cansado y con hambre. Recuerda que su abuela le prometió hacer una torta de limón para la hora del té y decide invitar a Matías a su casa.
CAPÍTULO 3
¿Te parece que vaya?- Matías duda.- Tu abuela no me conoce.
No importa, yo le explico. Además, la torta de limón le sale riquísima y hay leche chocolatada.
¿Dónde estuvieron hoy? – pregunta la abuela
En la avenida-contesta Matías con la boca llena de torta.
¿Cómo?- Amalia cree no haber oído bien.
COMIDA, abuela. Interviene Gustavo.
Voy a buscar a la heladera.
Gustavo no quería que su abuela se entere que habían estado vendiendo cuadernos en la avenida, porque lo iba a retar.
Más tarde los amigos planean un programa para el día siguiente.
Los Sábados Miguel hace un asadito. ¿Queres venir?- le pregunta Matías.Bueno- contesta Gustavo.



CAPITULO 4
En los fondos del edificio en construcción hay una casa construida con maderas y chapas.
Gustavo golpea la puerta, su amigo Matías lo espera a almorzar. Lo atiende Miguel.
Sentate hijo, Matías fue a hacer unos mandados.
Sí, señor- dice Gustavo
Matías me contó como lo ayudaste el otro día. Él es muy buen pibe, ¿sabes? A la mañana va a la escuela y, a la tarde,a veces me ayuda vendiendo cuadernos. La plata no nos alcanza, y hay que mandarle a la madre, para los remedios.
Poco después llega Matías. Saluda alegremente.
Los tres comen un rico asado. Luego Miguel se acuesta a dormir la siesta y los chicos se van a jugar al futbol con el “grandote”.




CAPITULO 5
Luego de jugar un partido con el “grandote” y sus amigos los chicos se van. Gustavo ledice a su amigo Matías:
Si tuviéramos algún lugar para nosotros solos, podríamos acampar, descubrir cosas.
Yo conozco un lugar – susurra Matías- pero puede ser peligroso.
¿Qué lugar es?
¿Ves esa casa? ¿La que tiene un portón de hierro? – señala – Está abandonada.
¡Vamos! – dijo Gustavo
La casona de dos pisos es muy diferente a las demás. La planta alta tiene aspecto de torre, con un ruidoso yangosto balcón. Un muro de piedra terminado en rejas rodea el espacioso jardín.
Los chicos entraron a la casona, empezaron a investigar y encontraron a un indefenso pichón. Buscaron el nido y estaba en una palmera muy alta, deciden subir al balcón para alcanzar el nido.
Los chicos recorren con cautela el caserón. Todo es oscuridad y silencio. De la primera habitación estrecha y con olor a humedad,...