Reglas para la dirección del Espìritu
Reglas para la dirección dei espíritu
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Introducción, traducción y notas de
Juan Manuel Navarro Cordón
El Libro de Bolsillo
Alianza Editorial
Madrid
Título original: Regulae ad directionem
ingenii
Traductor: Juan Manuel Navarro Cordón
Primera edición en «El Libro de Bolsillo»; 1984
Tercera reimpresión en «El Libro de Bolsillo»: 1996
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© De la introducción, traducción y notas: Juan Manuel Navarro
Cordón
© Ed.cast: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1984, 1989, 1994, 1996
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid; teléf. 393 88 88
ISBN: 84-206-0034-2
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Introducción 3
I.
SIGNIFICADO, ESTRUCTURA Y TEMÁTICA
DE LAS REGLAS
1.
Las «Reglas»
y lamodernidad
Parece difícil presentar el pensamiento de Descartes
o alguno de sus escritos, en nuestro caso las Reglas para
la dirección del espíritu, sin señalar en el umbral mismo
la novedad epocal de su obra, pues en verdad él inicia
no sólo la moderna Filosofía, sino también «la cultura
de los tiempos modernos». Hagamos nuestras, a este
propósito, las palabras de aquel pensador que tanhondamente meditó sobre el sentido «histórico» de los discursos filosóficos: «Con Cartesio —escribe Hegel— entramos... en una filosofía propia e independiente, que
sabe que procede sustantivamente de la razón y que la
conciencia de sí es un momento esencial de la verdad.
Esta filosofía erigida sobre bases propias y peculiares
abandona totalmente el terreno de la teología filosofante, por lomenos en cuanto al principio, para situarse
del otro lado. Aquí, ya podemos sentirnos en nuestra
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Juan Manuel Navarro Cordón
casa y gritar, al fin..., ¡tierra!» \ El texto hegeliano indica
sólo, pero con suficientes matices y precisión, aspectos
fundamentales del giro cartesiano: la ín-dependencia
del pensamiento con respecto a la teología, la autonomía
de la razón, la inseparabilidadentre la verdad y autoconciencia, giro que abre las vías para un venidero humanismo, en el sentido en que Sartre escribe que «precisamente estamos en un plano donde solamente hay hombres» 2; humanismo que aunque no cuadre del todo ni
con la letra ni quizá tampoco con el espíritu de la completa obra cartesiana, sí que puede considerarse en cierto
sentido de raigambre cartesiana, pues por obra delpensador francés se ha bosquejado, e incluso fundado formalmente, lo que se ha llamado «el principio de la
inmanencia», mediante «un cambio de dirección del objeto al sujeto, del mundo al yo, de lo exterior a lo
interior» 3.
Las Reglas para la dirección del espíritu, y no sólo
por lo temprano de su redacción en el pensamiento de
Descartes, trazan las bases de la nueva época. «Sólo quienhaya pensado real y detenidamente este escrito, radicalmente parco, hasta en sus rincones más recónditos y fríos,
está en condiciones de tener una idea de lo que pasa
en la ciencia moderna» 4. Podría pensarse, no yendo más
allá de la literalidad de la afirmación heideggeriana, que
las Reglas son un escrito de singular importancia para
la ciencia moderna, y nada más, aunque ello ya sea
mucho.Estimando por nuestra parte que lo es en efecto,
1 HEGEL, G. W . F., «Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie», en Werke, Suhrkamp Verlag, Frankfurt 1971, vol. XX,
p. 120, ed. cast. F. C. E., México, 1955, p. 252.
2 SARTRE, J. P., El existencidismo
es un humanismo, Ed. Sur,
Buenos Aires, 1980, p. 26. Véase en el muy interesante trabajo de
Sartre, La liberté cartésienne,
recogido en...
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