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FLEXIBILIDAD
Y NORMAS:
EL DIFÍCIL
EQUILIBRIO
Educar a un hijo en unas normas de
conducta intentando que llegue a ser
un adulto responsable, es una carrera
de largo recorrido, que requiere de
unas pautas claras y de autoridad; pero también de un aire de confianza,
amor y flexibilidad. En este artículo,
se pretende resaltar la relevancia de
incorporar esta flexibilidada nuestro
modo de actuar con los hijos y fomentar la seguridad en sí mismos.
Las normas marcan el camino,
pero no son el destino
La esencia de la educación, reside en ayudar a los
niños en su aprendizaje para la vida adulta. Ayudar a crecer significa dejarles claro cómo se ha de
actuar y enseñarles las normas que rigen nuestra
sociedad, siendo coherente y firme con ellas. Para
ello, esimportante ejercer nuestra autoridad, garantizando que se cumplan estas normas y siendo
referencia y ejemplo para ellos. Pero, hay momentos en que forzamos su obediencia de tal modo y
tan a rajatabla, que perdemos de vista la función
de las normas y no conseguimos nada más que
desesperarnos. Por eso es importante ser flexible
a la hora de educar y ceder en ciertos momentos. Las normas son unmapa y una guía que nos
muestra por dónde dirigirnos, pero el viaje por
ese camino ha de ser agradable y flexible; no un
calvario familiar.
Cuando no pasamos ni media
A menudo, por querer que nuestros hijos cumplan
nuestras expectativas o por miedo a que no se desenvuelvan en el futuro, les exigimos en exceso. Les
pedimos perfección en su limpieza, en sus modales, en el modo de relacionarsey sobre todo, en
su rendimiento escolar. Queremos que lo hagan
todo bien y en todo momento. Cuando somos tan
intransigentes, nuestros hijos pueden crecer con
miedo a hacer las cosas mal y a decepcionarnos,
volviéndose sumisos e inseguros o rígidos y obsesivos. Pero también puede ocurrir lo contrario,
que tiren la toalla pensando que nunca lograrán
satisfacernos y volverse rebeldes,agresivos e insatisfechos.
¿Por qué nos comportamos así?
Si somos padres rígidos, ceder y hacer concesiones, lo podemos vivir como una derrota personal
y sentir que perdemos fuerza como padres. Esta
sobre exigencia se suele deber principalmente a
nuestra inseguridad, que hace que cualquier signo de rebeldía de nuestros hijos, lo vivamos como
un peligro enorme para ellos o como un ataquepersonal a nosotros. A veces forzamos que obedezcan y cumplan en todo, centrados en nuestro
deseo impaciente de tener hijos ideales, que nos
confirmen lo buenos padres que somos, porque
nos cuesta encontrar el equilibrio y la calma para
valorar la situación y decidir si cedemos o no, o si
conviene ser más tolerante y confiar más en ellos.
Mirar más allá de nuestros deseos
La realidad implica quenuestros hijos, al igual que
nosotros, tienen una determinada edad (a veces
les exigimos demasiado para la edad que tienen).
También tienen un estado de ánimo (pueden estar
tristes, inquietos, enfadados…), pueden estar por
momentos cansados, tienen un tipo de personali-
saltarse las normas como un modo de separarse de
nosotros y ganar autonomía.
Buscando el equilibrio
Para guiar alos niños con unas normas, se requiere que la autoridad descanse sobre la calma, la
confianza y el amor al hijo. Es importante saber
hacia dónde nos dirigimos con la educación que
les damos y lo que les conviene en cada momento. Las normas las hemos de tener nosotros claras
primero y las consecuencias de saltárselas también,
haciéndoselas cumplir. Pero lo más importante, es
pensar si nuestrasreglas tienen o no sentido en
cualquier circunstancia y si favorecen su desarrollo
y autonomía en ese momento. Se ha de ser coherente y firme, aplicando pocas normas y de forma
clara. Si utilizamos el sentido del humor y somos
tolerantes y flexibles en su aplicación, evitaremos
muchos conflictos. Hemos de intentar ser un ejemplo de conducta para ellos y no pedirles nada que
no haríamos...
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