Relatividad linguistica
Hoy en día esta hipótesis está desacreditada en su forma fuerte. Los ejemplos en los que se basaron Sapir y Whorf son irreales. Por ejemplo, ellos decían que losamerindios zuñi no tenían vocablo diferente para el "amarillo" y el "naranja" y que eso tendría que condicionar su modo de pensar. La verdad es que no tienen esos vocablos, pero diferencianperfectamente lo amarillo de lo naranja; lo que ocurre es que en su modo de vida la diferencia es irrelevante, aunque como explica Lyons, sus hábitos de memoria sí parecen afectados por la existencia de ladistinción léxica. Otro ejemplo puede ser el de los muchos verdes que distinguen (en el lenguaje) los indios del Amazonas y los pocos que distinguimos nosotros. ¿Eso significa que no veamos losdiferentes verdes? Obviamente, no. Lo que significa es que en nuestro modo de vida no es tan importante.
Dado el estado actual de los estudios sobre las relaciones entre cultura y lengua, parece claro que elprincipio de relatividad lingüística que mantienen teorías como la de Sapir-Whorf es rechazable en sus pretensiones radicales; ello por varias razones poderosas: en primer lugar, no es la lengua elúnico factor determinante del conocimiento y el comportamiento, como muestra el que, ante hechos iguales, hablantes de las lenguas más diversas reaccionen de manera bastante similar; laslenguas son, además, relativamente traducibles unas a otras, y el contacto y el cambio lingüístico prueban que son interpenetrables; la existencia de determinadas característicascomunes a todas las lenguas (universales lingüísticos) indica también una radical identidad de la especie humana más allá de las diferencias de sus lenguas. Hay que concluir que el pensamiento y ellenguaje, si bien son interdependientes y constituyen un todo, no son exactamente la misma cosa.
No obstante, parece claro que las lenguas condicionan en una medida...
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