Relativismo
Disertación de la Dra. María Celestina Donadío Maggi de Gandolfi en sesión pública del Instituto de Bioética del 3 de noviembre de 2009
Relativismo y PostmodeRnidad1
Por la Dra. María Celestina DonaDío Maggi De ganDolfi2
Cuando en el mundo griego la razón humana ennoblece –sin negar– el conocimiento experiencial, precientífico, o el recurso a las deidades,la razón se adueña de sí y de este modo se colo ca objetivamente frente al mismo sujeto pensante, al mundo y a Dios. Se abre, entonces, el devenir como historia, es la era de la razón y de la ciencia entendida como saber, como conocimiento humano perfecto, en que la perfección implica conocimiento por la “causa”, por la “esencia”, de lo “universal” y de lo “necesario”. El concepto originario deciencia3, entonces, importa un grado de excelencia, por ser conocimiento de las cosas por las causas, es decir, por demostración, explicativo, de valor universal y necesa rio. “Hacer ciencia” es un proceso de justificación, de dar razones, como recurso explicativo de la razón en la función que la define con propiedad: la “búsqueda de la sabiduría”4. Por ello, la ciencia
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NOTA: Versiónampliada de Los postmodernos (Anales, tomo XXXV-2008, pp. 159-170, Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, Buenos Aires, 2008). En esta versión se aplica el tema al “Relativismo” e incluye una sección sobre “Postmodernidad y Ética biomédica”. Profesora Titular Ordinaria de la Universidad Católica Argentina, Facultad de Filosofía y Letras e Instituto de Bioética; Investigadora Principaldel CONICET. Es el concepto aristotélico de episteme, “ciencia”. La sabiduría griega es una “sabiduría de hombre, una sabiduría de razón; no es una sabiduría de filósofos que quiere ser una sabiduría de salvación, sino una sabiduría de filósofos que se
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ANALES DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS MORALES Y POLÍTICAS
nace como “saber en tránsito” hacia el ápice de la perfección cognitiva, nace como “filo-sofía”5. Además, toda filosofía, si es auténtica, busca cristalizarse en una forma de vida, lo que no puede darse sino en vistas de un ideal, la perfección de la persona humana, pues no puede dejar de asumir que es ésta la tarea, el quehacer, específicamente hu mano: el cumplir el proceso de personalización, el paso de lo que la persona inicialmente es a lo que quiere llegar aser. Por esto, la razón filosófica, a lo largo de la historia, se ha visto acuciada por dos preguntas: ¿qué soy?, ¿qué debo ser? Empero, como la nece sidad de la tendencia puede no corresponderse con la necesidad del cumplimiento, la tarea específicamente humana se hace tarea moral, la tarea de ordenar la conducta libre del hombre hacia lo que no puede dejar de ser y que tiene que llegar a ser.El amor originario a la perfección, se vuelve obligación para ordenar la falibilidad del cumplimiento y satisfacer la tendencia. Ahora bien, por insoslayables que sean aquellas preguntas sobre la vida humana y por impostergable que se presente el pro ceso aludido, parece que el mundo contemporáneo elude todo con indiferencia o como “papeles sin valor”6. Sin embargo, es impo sible quedartotalmente al margen de las dos preguntas humanas: ¿qué soy? y ¿qué debo ser? En primer lugar, se advierte que siem pre se formula algún tipo de planteo e incluso de respuesta a tales preguntas, porque ya el no responder es una respuesta. En verdad, todo pensamiento, toda idea, por indiferente que se presente o por azarosa que se lance, se inserta en el gran escenario de la cultura, y ésta, entendidacomo cosmovisión de vida, es intrínsecamente
constituye en su orden propio, en su línea propia de obra perfecta de la razón, perfectum opus rationis (...). Es una sabiduría propiamente filosófica que no pretende librarnos de la unión con Dios, sino tan sólo conducirnos al conocimiento racional del universo. Lo que mejor ha sabido, es lograr la idea de sí misma (...). La belleza propia de la...
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