Relato Corto

¡Puedes conseguir lo que te propongas!
Sonó el timbre que daba paso al periodo del recreo. Miguel fue rápidamente a recoger el balón de
fútbol para comenzar el partido lo antes posible. Miguel era un chico de 16 años de complexión
fuerte, y con grandes habilidades futbolísticas. Estudiaba en el instituto Pío Baroja de la pequeña
localidad de Villahermosa. Esta era una tranquila villa de nomás de 3000 habitantes, en el centro
se encontraba la plaza de España presidida por la Iglesia del Carmen, y a pocos metros de allí se
localizaba el instituto.
Volvió a sonar el timbre, Miguel subía las escaleras, que conducían a la clase de 4º A , felizmente
ya que había marcado tres goles y había dado la victoria a su equipo. Entró por la puerta y se
sorprendió, ya que vio al director hablandocon un niño que no había visto nunca. El director les
mandó sentarse y que le escucharan atentamente. Este le pidió al chico que se presentara:
-Hola, soy Juan Manteca Ramos.
Miguel no pudo aguantar la carcajada al escuchar su nombre e identificarlo con su desfavorable
aspecto con tendencia a la obesidad.
-Tengo 16 años, he venido a este pueblo porque a mi madre la han trasladado aquí pormotivos
de trabajo.
Juan estaba cohibido debido a la penetrante mirada de sus nuevos compañeros. El director para
romper el hielo le pidió a Juan que se sentara junto a Pepe el 600 con las puertas abiertas, este
mote se lo puso Miguel ya que este tenía unos pabellones auditivos descomunales. Juan asintió y
con cara de descolocación ocupó su sitio. El director se marchó y dejó a Manuel, elprofesor de
Matemáticas, comenzar su clase. Tras tres cuartos de hora de ecuaciones, logaritmos y demás
operaciones sonó el ansiado sonido que daba fin a esa agonía. En el cambio de clase toda la
atención recaía sobre Juan Manteca, todos lo bombardeaban a preguntas menos Miguel y sus
inseparables compañeros de carcajadas, que se reían libremente a causa de los chistes rápidos
que este formulabasobre el desafortunado aspecto de Juan.
Tocaba clase de Lengua. La profesora Juana entró rápidamente en la estancia y pronunciando un
par de sílabas, a un volumen elevado, hizo el silencio en la clase y la automática colocación de los
alumnos en sus respectivos sitios. Ni Miguel pudo hacer frente a esta llamada de atención y tuvo

que hacer lo mismo que sus compañeros. Juana le pidió a Juanque les contara de dónde era, y
qué le gustaba hacer. Este respondió tímidamente:
-Soy de Málaga, lo que más me gusta hacer es jugar al baloncesto, y algún día me gustaría poder
jugar en el Unicaja.
Miguel hizo un comentario inoportuno con tono burlesco: “le tendrán que hacer una equipación a
medida”, que no pudo evitar que llegara a los oídos de Juana. Esta le impuso una sanción y le
obligó aabandonar la clase. Juan continuó con su exposición; cuando sonó el timbre que
finalizaba la jornada escolar, lo interrumpió.
De vuelta a casa, Juan volvió junto a Pepe el seiscientos que vivía cerca de su casa lo cual no era
difícil teniendo en cuenta el reducido tamaño de la villa. En el camino Juan y Pepe forjaron una
buena amistad, basada en el apoyo del uno sobre el otro. Culminada conla decisión de verse
mañana en la plaza del pueblo para ir juntos a la escuela.
Al día siguiente como anteriormente habían decidido, los dos se reunieron en la plaza de España.
De camino hacia el instituto se cruzaron con Miguel y Marcos cuando el primero bautizó a Juan y
a Pepe como los “rasca-suelos”, ya que a Juan le arrastraban las lorzas y a Pepe las orejas ; y
siguió su camino charlandotranquilamente con Marcos.
Hoy tocaba Educación Física a primera hora, un gélido viento procedente del norte encogía los
músculos y bloqueaba las articulaciones. El profesor, bien abrigado con su abrigo de plumón que
lo asemejaba al muñeco de Michelín, dirigía la clase mandando a sus alumnos a dar vueltas
alrededor del patio mientras se burlaba presumiendo de su temperatura corporal. Miguel...