Relato de un naufrago
Luis Alejandro Velasco, durante los primeros días, había sentido miedo por el tiempo en el Golfo de México, pero el barco se deslizaba con suavidad. Más tarde, el barco empezó a tambalearse cada vez más, y dieron la orden a todo el personal de ir a babor. Allí se acomodaron los marineros, y el se pusoentre la carga para no ser arrastrado por ninguna ola, pero antes de darse cuenta ya estaba en el agua. Al caer al mar, se agarró a una de las cajas de mercancía que había en el mar. Pensó que el destructor se había hundido, pero luego se dio cuenta de que estaba equivocado. De repente vio en el mar dos balsas, pero una se la llevó una ola y la perdió de vista. Decidió ponerse a nadar para alcanzarla otra y, se subió a la misma, pensó que no pasaría mucho tiempo hasta que le fueran a rescatar.
Ahí empezó el primer día, donde el pensó que, no tardarían en llegar aviones en su busca. Pero pasó la tarde y por allí no pasó ni una mosca. A las siete anocheció, y se puso a contemplar la Osa Menor y a mirar la hora en su reloj desesperadamente. Se dio cuenta de que la balsa había estadoavanzando en línea recta pero creía que lo más probable era que estuviera yendo en dirección contraria a Cartagena. Pasó la larga noche sin dormir y pendiente de su reloj.
Al segundo día vio que un avión se dirigía, desde lo lejos, hacia la balsa. Empezó a hacer señales pero se dio cuenta de que había pasado demasiado lejos como para verle. Luego pasó otro, y sucedió lo mismo. Creyó que el tercero sí lohabía visto, ya que pasó cerca y por encima de la balsa dos o tres veces, pero se fue y no volvió. Él ya tenía sed y hambre. Por la noche, se le apareció un amigo suyo, que le señalaba el puerto y hablaron.
El remó hacia donde le señalaba, cuando vio las luces del puerto, su amigo ya no estaba allí y las luces del puerto eran los primeros rayos de sol.
Al tercer día no ocurriónada en particular. Solo que perdió la noción del tiempo, ya que, se dio cuenta de que era febrero, que es el mes más corto. Se encontraba tan agotado, que sentía deseos de morir, pero entonces pensaba en peligros y volvía a tener fuerzas.
Al cuarto día pensó en caníbales y ya no tenía tanto miedo al mar como a la tierra.
Era su quinto día en el mar cuando vio siete gaviotas volando sobre labalsa, lo que le dio nuevas fuerzas. Más tarde se fueron, pero se quedo una pequeña y él no se quedó inmóvil hasta que se acercó a su mano, entonces, la empezó a deslizar. Esa noche salió la luna y le dio renovadas fuerzas para continuar debido a que su reflejo en el mar parecían luces de barcos.
A las 5 de su sexto día se le ocurrió mascar las tarjetas que le habían dado en un almacén de Mobile...
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