Relato de un peregrino ruso

Aquí lo aman a uno
Toda persona quiere desea y espera que se le trate bien y solamente volverá a los lugares donde se sienta a gusto y sea bien recibida. Cuentan que en una ciudad al norte de los Estados Unidos, un pastor evangélico solía todos los domingos a la puerta de su Iglesia a recibir y despedir a su feligresía. Durante muchos meses, en verano o en crudo invierno, el pastor veía pasara un muchachito por la puerta de su Iglesia con la biblia bajo el brazo. Un día decidió conversar con el muchachito: ¿A dónde vas? – a la Iglesia que esta al otro lado del pueblo. Con esta nevada ¿Por qué no te quedas mejor en mi Iglesia? – no muchas gracias, prefiero a la que asisto, porque ahí lo aman a uno.
Dicen los psicólogos que una de las ansias fundamentales del hombre es “amar y seramado”; por lo tanto, así como este muchachito de la historia, muchas personas estarán dispuesta a muchos sacrificios y a recorrer grandes distancias para llegar a un lugar donde se lo valora y se lo ama.
¿Qué hacer?
Después de ver lo que esta pasando y juzgar cuales son las posibles causas por las que las personas nuevas no vuelvan al grupo, se hace necesario pasar a un actuar que corrija lasituación.
Es necesario no descuidar la importancia de una sincera acogida, dándole amor e interés a cada una de las personas que llegan por primera vez; por esto la primera acción que propongo es la creación de un ministerio de acogida, ministerio fundamental para que las personas se sientan a gusto y deseen querer volver al grupo. Este ministerio o servicio es importante en todos nuestros gruposy comunidades. Si no lo tenemos aún, es el momento de organizarlo. ¿Cómo hacerlo?
¿Cómo se organiza un ministerio de acogida?
En primer lugar, seleccionar a los hermanos a cargo de este ministerio. Se debe escoger en nuestro grupo de oración a las personas que tienen el don natural de ser detallistas, cariñosas y comunicativas; que tienen facilidad de palabra y saben ser buenos anfitriones conlas personas que llegan por primera vez. El apóstol San Pablo en la carta a los romanos nos habla de un don de servicio, uno de animación a otro de presidir “si nos a dado el don de servir a otros, sirvamos bien … el que ha recibido el don de animar a otros, que se dedique a animarlos … el que presida, con solicitud”
Mi padre fue Coronel del Ejército y hacía más de veinte años no pisaba unaIglesia por iniciativa propia. A no ser por los compromisos sociales el. Al ver el cambio y conversión en mi madre y hermanos, un día por nuestra insistencia, decidió asistir a un grupo solo para salir del compromiso y la presión familiar. Llego para nunca más separarse de la Iglesia y de su grupo de oración, hasta que el señor lo llamo a la casa del padre. Cuando nosotros le preguntamos porquese había quedado, siempre nos decía que nunca olvidaría los abrazos y el cariño le demostraron el primer día que asistió al grupo.
En síntesis. De la acogida sincera con que se recibe a una persona dependerá en gran parte su permanencia en el grupo.
El pastoreo inicial
Cada uno de los miembros del ministerio de acogida debe encargarse de uno o dos hermanos que llegan por primera vez al grupo.Deben conversar con ellos, preguntarles por las cosas que hacen, que les gusta, si tienen hijos; prestarles mucha atención y preocuparse porque la persona se sienta a gusto hablando de lo que mas ama. Cuando esta persona salga del grupo se dira dentro de si: “que bien se siente uno aquí”.
Una vez obtenido el numero telefónico de la persona nueva, el integrante del ministerio de acogida debellamarlo la víspera de la reunión para recordarle e invitarlo de nuevo. Si la persona no asiste, hay que llamarlo inmediatamente después de la reunión, para hacerle ver que se sintió su ausencia; esa hara que la persona sienta que se le extraña y que es importante para el grupo. Hacerlo sin que se sienta acosado ni perseguido. Sin duda asistirá a la siguiente reunión.
Si tomamos en cuenta estas...