Relato

Era una noche estrellada, de esas que llenan el alma. Ella caminaba mirando al cielo. No lo había olvidado. No había olvidado sus cabellos, su sonrisa, sus ojos ¿Cómo iba a olvidarlo si estabaimpregnada de sus labios, de su voz y de su perfume? Lo odiaba, lo odiaba tanto, era un sentimiento que salía de sus entrañas. Le odiaba, sí, porque lo amaba. Pero la había dejado, aun sabiendo que si seiba, se llevaba con él su alma. Era una noche estrellada, de esas que llenan el alma… pero ella ya no tenía alma. No tenía alma porque le extrañaba, extrañaba sus manos fuertes, sus abrazos que lebrindaban refugio en las madrugadas, su respiración acompasada que le daba la certeza de que él existía, de que era real… Era. Lo echaba de menos en las mañanas, pero sobretodo en las tardes lluviosas. Elcafé no era lo mismo sin él, tampoco las tardes de lectura, mucho menos los paseos. La guitarra estaba desafinada, el piano tenía una capa de polvo que iba sumando grosor cada día y su voz, su voz yano resonaba en la habitación. No tenía que preocuparse por asegurar la tapa de la pasta de dientes, para que no se perdiera, porque él jamás cerraba el envase; tampoco tenía que preocuparse porllevar las pantuflas al armario, ni por recoger la corbata que siempre quedaba en una de las mesas de comedor cuando regresaba a casa… No tenía que preocuparse. Pero sentía un vacío profundo cuandoencontraba todo en su sitio, todo en orden, todo tranquilo… Se había acostumbrado a él, a sus demonios y a sus musas, a esos días en los que no era él y ella era lo único que lo ataba a la realidad. Entoncessu regazo le servía de refugio. Ahora el refugio estaba vacío. Lo había amado con locura racional y ahora lo odiaba. Lo odiaba cada noche que sentía frío y un espacio desocupado a su lado en la cama,lo odiaba en la mañana al despertar y ver su ausencia, lo odiaba al estar en silencio, lo odiaba al leer porque era algo que los dos disfrutaban. Lo odiaba, lo odiaba amándolo con una pasión...