religion

YURIME Y LA LIBÉLULA ROSALINDA

Una mañana de crudo invierno, bajo un blanquecino cielo manifestado con altas ráfagas de viento, y gruesas bolitas de nieve que aumentaban el espesor del suelo porla tormenta acumulada de varios días; con esfuerzo la pequeña Yurime abrió la puerta de su casa en forma de hongo, construida por sus amigos los gnomos. Un atrayente habitáculo ubicado en el mediode la espesura del bosque. Con la intención de dirigirse a la casa de su tía Margarita, quien vivía al otro lado de un límpido arroyo por el que discurría aguas encantadas de color lila, no dudo niun instante en continuar con sus firmes propósitos. La pequeña pedía la tarde anterior a Lupe su madre, pese a su reticencia, que la dejara ir sola a visitarla. Al sentir la fría temperatura, echodos pasos atrás, cogió del perchero su bufanda de gruesa fibra, y los manguitos, se los colocó y sin más pensarlo se echo a andar. A cada paso que daba, sus forradas boticas quedaban enterradas unpalmo del suelo, pero ella muy alegre y desinhibida quería llegar pronto a su destino. Mientras avanzaba, observaba alegre el salto de los conejos azules que jugueteaban de un lado para otro, lasardillas coloradas rasgando sus inmensos ojos amarillos, cuidando sigilosamente y a prudente distancia, su frágil integridad. No faltaba la rana Mamerta que croaba cantando melodiosas rimas y su amigoDagoberto, el lobo rosa que la acompañaba rascando su viejo violín. El bosque entero era todo un espectáculo de la naturaleza, ya que de los inmensos árboles de anchas hojas doradas, y los bejucosnacidos de atrayentes colores, que servían a las hadas para tejer los deseos de sus firmes seguidores los enanos saltarines, rebotaban chispas de colores semejantes a los del arco iris. De pronto y sinque lo previera, apareció de improviso el temerario leopardo azulado de largas garras, dispuesto a desafiar a la pequeña, quien inmediatamente abrió la boca horrorizada.
― ¿Quién eres tú, que osas...