renacimiento

 “EL ARTE CLÁSICO” WOLFFLIN
SEGUNDA PARTE:
II.LA NUEVA BELLEZA
Cuando nace un nuevo estilo siempre pensamos en una transformación arquitectónica y de sus elementos, pero si analizamos detenidamente esto, vemos que incluso la corporeidad del cuerpo humano y sus funciones, la forma de llevarlo y moverlo es clave de un estilo.
El cuerpo sobrio y tosco de principios delRenacimiento no hace referencia ya a la idea de la belleza.

1. En la segunda mitad del siglo XV el movimiento es delicado y a veces preciosista.
Personas delicadas como Filippino se espantan incluso ante la idea de que sus figuras agarren algo con firmeza.
La postura exenta a veces será algo inestable, esto será desagradable sobre todo en la escultura.
En el siglo XVI se harán obras sólidas,sencillas, con un movimiento natural, se serenan los gestos, superando así los cuerpos entumecidos del medievo, el estiramiento artificial.
En el siglo XV las expresiones de representarán de forma tímida, algo indecisas. Sólo ahora los movimientos, la forma de mirar, adquieren una energía fuerte, con temperamento y se representa a partir del siglo XVI.
El movimiento alcanza su grado álgido en elQuattrocento, con figuras ligeras y rápidas.
En el libro se menciona el movimiento dulce y blando que enseñó Perugino a sus aficionados, cosa que al parecer resultó algo extraña en su día en Florencia.
En la toscana las formas eran más voluminosas y angulosas pero en el siglo XVI se abandona este motivo para dar paso a unos motivos más contenidos en el contorno, se prefiere lo firme, como porejemplo los brazos cruzados sobre el pecho en actitud de oración.


2. Roma siempre tuvo esas formas pesadas de las que hablábamos antes aunque en el Renacimiento se prefiriera lo ágil y lo delgado. Para la figura femenina se preferían líneas discontinuas propias de la edad juvenil y para la masculina, una figura madura porque tenía mayor atractivo.
En el arte medieval el cuello era largo y delgado,sobre unos hombros caídos, en el Renacimiento se vuelve redondo y corto; los hombros, anchos, y fuertes. Lo estirado desaparece. El nuevo ideal de belleza se exige el torso redondo y las caderas anchas del ideal antiguo, y la mirada no será al infinito.
Las cabezas serán amplias, anchas; se acentúan sus líneas. La barbilla firme, las mejillas plenas, y la boca no será delicada y pequeña. ElCinquecento consideraba la frente baja la forma más digna, porque daba serenidad al rostro. Para las cejas se buscaba una línea más llana y serena, igual que para la nariz.
Bello será lo que da la impresión de tranquilidad y fuerza. No es solo la semejanza simétrica de las dos mitades del rostro, sino una vista de conjunto clara.


3. En el siglo XV los pintores representaron peinados ostentososcon mechones y trenzas entrelazados, con piedras preciosas y sartas de perlas espolvoreadas; el cabello como masa, de forma sencilla y los adornos con las piedras juntas. Se prefiere lo firme y sujeto; el arranque de la oreja debe quedar libre. Los cabellos de la frente son llevados juntos a las sienes.
En el cuello largo y esbelto de la belleza cuatrocentista debía aparecer libre y móvil. En elsiglo XVI se juega con las joyas de cadena grande, y la gargantilla ligera y ceñida cuelga y se vuelve pesada.
Para los hombres el peinado se recoge en una línea tranquila y ordenada; y se representan con barba en el siglo XVI reforzando así su dignidad.
El vestido es la expresión del cuerpo y de cómo se quiere mover la persona. El Cinquecento, telas pesadas y suaves, mangas ahuecadas colgantesy grandes colas con poderosos y profundos pliegues creando grandes contrastes de superficie y sólo se representa lo que actúa en el conjunto, no lo que se manifiesta cuando es mirado de cerca.


4. La arquitectura y su transformación en el Cinquecento se concibe en torno a la figura humana y sus sentimientos. Va a ser muy importante. Se abandonan los adornos, los arcos grandes, la esbeltez...