rene descartes

Páginas: 11 (2684 palabras) Publicado: 30 de enero de 2015
***** RENÉ DESCARTES *****
DISCURSO DEL MÉTODO
PRUEBA DE LA EXISTENCIA DE DIOS Y DEL ALMA, FUNDAMENTOS DE LA METAFÍSICA
No sé si debo hablar de mis primeras meditaciones; son tan metafísicas y tan poco vulgares que es seguro no serán del gusto de todos. Y, sin embargo, tal vez esté obligado a ocuparme de ellas para que podáis apreciar la consistencia de mis razonamientos.
Observé que, en lorelativo a las costumbres, se siguen frecuentemente opiniones inciertas con la misma seguridad que si fueran evidentísimas; y estos fue precisamente lo que me propuse evitar en mis investigaciones de la verdad. Quería rechazar lo que me ofreciera la mas pequeña duda para ver después si había encontrado algo indubitable.
Como a veces los sentidos nos engañan, supuse que ninguna cosa existía delmismo modo que nuestros sentidos nos lo hacen imaginar. Como los hombres se suelen equivocar hasta en las sencillas cuestiones de geometría, consideré que yo también estaba sujeto a error y rechacé por falsas todas las verdades cuyas demostraciones me enseñaron mis profesores. Y finalmente, como los pensamientos que tenemos cuando estamos despiertos, podemos también tenerlos cuando soñamos resolvícreer que las verdades aprendidas en los libros y por la experiencia no eran más seguras que las ilusiones de mis sueños.
Pero en seguida noté que si yo pensaba que todo era falso, yo, que pensaba, debía ser alguna cosa, debía tener alguna realidad; y viendo que esta verdad: pienso, luego existo era tan firme y tan segura que nadie podría quebrantar su evidencia, la recibí sin escrúpulo alguno comoel primer principio de la filosofía que buscaba.
Examiné atentamente lo que era yo, y viendo que podía imaginar que carecía de cuerpo y que no existía nada en que mi ser estuviera, pero que no podía concebir mi no existencia, porque mi mismo pensamiento de dudar de todo constituía la prueba más evidente que yo ya existía - comprendí que yo era una substancia, cuya naturaleza o esencia era a suvez el pensamiento, substancia que no necesita ningún lugar para ser ni depende de ninguna cosa material; de suerte que este yo - o lo que es lo mismo, el alma por el cual soy lo que soy, es enteramente distinto del cuerpo y mas fácil de conocer que el.
Después de esto reflexioné en las condiciones que deben requerirse en una proporción para afirmarla como verdaderas y ciertas; acababade encontraruna así y quería saber en qué consistencía su certeza, y viendo que en él yo pienso, luego existo, nada hay que me dé la seguridad de que yo digo la verdad, pero en cambio comprendo con toda claridad que para pensar es preciso existir juzgué que podía adoptar como regla general que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas; la única dificultad estriba en determinarbien qué cosas son las que concebimos clara y distintamente.
Meditando sobre las dudas que asaltaban mi espíritu, deduje la conclusión de que mi ser no era perfecto, puesto que el conocer suponer mayor perfección que el dudar. Quería saber dónde había aprendido a pensar en algo más perfecto que yo y conocí con toda evidencia que ésta era la obra de una naturaleza o esencia más perfecta que la mía.En lo relativo al conocimiento de ciertas cosas, como el cielo, la tierra, la luz, el color y mil más, ninguna dificultad me salía al paso, porque no observando en ese conocimiento nada que le hiciera superior Ami, podía creer, si era verdadero, dependía de mi naturaleza, en cuanto este encerraba alguna perfección; y si no era verdadero, procedía de la nada, que ninguna base tenía, que estaba enmi espíritu por lo que en mi ser había de imperfecto. pero no podía suceder lo mismo con la idea de un ser más perfecto que el mío, el que esta idea procediese de la nada, de la imperfección de mi naturaleza, era imposible. Lo más imperfecto y no hay cosa que proceda de la nada.
La única solución posible era que aquella idea hubiera sido puesta en mi pensamiento por una esencia más perfecta que...
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