reportaje

Colonia Segura
Hermosillo, Sonora

Tonatiuh Guillén López1

Introducción

La ciudad de Hermosillo ha mostrado en la última década una notable expansión demográfica y particularmente de su mancha urbana, estimulada por una dinámica económica que gira rápidamente de su estructura tradicional agropecuaria hacia una urbe basada en una economía industrial, comercial y de servicios.2 Como enotras experiencias del país, particularmente de la región norte, esa transición no ha sido sencilla desde el punto de vista del cambio urbano y de usos de suelo, de las actividades laborales de la población y de la redefinición de un amplio conjunto de actividades sociales, económicas y de gobierno.
Las consecuencias de este proceso de transición urbana, en sus aspectos menos positivos, sereflejan en el surgimiento de áreas con carencia o deficiencia de servicios públicos y de calidad de las viviendas, a lo que se añaden variables típicas de pobreza y deterioro de la convivencia social en sentido amplio. El recurrente ambiente urbano, con expresiones de deterioro más agudas en algunas colonias de la ciudad de Hermosillo, las transforma en espacios proclives a la generación dedelincuencia de distinto tipo, permisivos de agresividad en la convivencia cotidiana y, desde la perspectiva de los jóvenes, los determina como entornos urbanos que cancelan esperanza y expectativas de mejor futuro.
Como es conocido, esa situación de extensas áreas marginales de Hermosillo se repite en prácticamente todas las grandes ciudades del país. Las tasas en aumento de criminalidad, de drogadiccióno de simple conflictividad vecinal tienden a concentrarse en determinadas áreas, que se caracterizan precisamente por la precariedad de los servicios públicos y de la vivienda, además de índices reducidos en las variables de calidad de vida. El entorno urbano de características marginales se convierte así en factor proclive al deterioro del conjunto de las prácticas sociales, trascendiendo a lassolas carencias materiales. El conjunto de la vida social, en una palabra, se ve afectado por el deterioro del ambiente cotidiano, tanto el inmediato a la vivienda como el más amplio del barrio o colonia.
Lo anterior se debe a que las dinámicas urbanas, económicas, demográficas, de equidad social, de servicios y políticas públicas, no se articulan coherentemente de manera espontánea. En lasciudades mexicanas lo usual es que muestren desfases, inconsistencias y, finalmente, desigualdad social que se refleja en los espacios urbanos, concentrando su costo en determinadas áreas y determinados grupos de población. Frente a esas dinámicas –que en muchos casos obedecen a factores ajenos a los municipios, como sucede con la migración, por ejemplo-, queda a los ayuntamientos una responsabilidadmayor, que consiste en amortiguar o equilibrar sus consecuencias negativas, hasta donde sus capacidades permitan.
En la medida que el ayuntamiento es la instancia responsable de regular el espacio urbano y proveer servicios fundamentales para la calidad de vida de sus habitantes, su tarea se orienta a cumplir un rol de contrapeso, de balance entre todas las dinámicas macro-sociales que incidenen el espacio urbano y en la calidad de vida de sus habitantes. Claro está, no todos los ayuntamientos y sus administraciones asumen con claridad e iniciativas concretas esta responsabilidad, debido a la inexperiencia, desconocimiento o simplemente por carencia de recursos. Más aún, son escasas las administraciones municipales capaces de diseñar programas y acciones que de manera integral einnovadora focalicen su intervención en entornos urbanos y grupos sociales que expresan los rasgos menos favorables de equidad social y calidad de vida.
En este contexto, el Ayuntamiento de Hermosillo (2003-2006) destaca por asumir esta función de balance entre dinámicas macro-sociales, económicas y urbanas, con una visión que las explica y reacciona con creatividad e integralidad, concentrando su...