Representación y hegemonía
Ariadna Reyes
FACSO-UCE
Mayo 25 de 2015
La representación en la
hegemonía
“Nuestro mismo Estado se gobierna con el lenguaje de la poesía”
Thornton Wilder. Los Idus de Marzo.
Esa es la frase con que Asinio Apolión concluye su argumento sobre la labor de la poesía en la construcción del poder del
Cesar. Lo hace en un carta que dirige a Virgilio y Horacio. La novela en laque se consigna parte del epistolario y que narra
el modo en que el Imperio surte efecto en los ciudadanos por obra de la relación entre poesía, religión, arte y poder.
Para ello, la ficción -cuyo basamento es una larga búsqueda historiográfica sobre la edificación y caída del imperio
Romano- pone en juego las prácticas, significaciones, experiencias y valores que el pueblo de Roma apropió duranteel
gobierno de Julio César. Tres décadas después esta hegemonía sufrió una crisis en la que Cleopatra y la encarnación del
poder simbólico de su pueblo en ella -mujer- así como la extensión de Roma a Oriente no estuvieron ausentes. Luego: la
muerte del César.
Se trata de los Idus de marzo, la novela alegórica que con mayor rigurosidad histórica y literaria descarna la condición
humana en el poder yel comportamiento del pueblo frente a la construcción de un Imperio que, lejos de haber
constituido tan solo una época de guerras y dominio, lo fue de hegemonía, al lograr atravesar el campo de la cultura, la
ideología y los complejos sentidos de las prácticas y apropiaciones humanas.
Iniciar este ensayo con la frase que no deja lugar a dudas de la relación entre hegemonía y representación peroque, de
modo filosófico apunta Apolinio en su carta a Virgilio y Horacio: “Nuestro mismo Estado se gobierna con el lenguaje de la
poesía” nos conduce a pensar que en la construcción de la hegemonía resulta importante la representación por tres
razones que implican los límites entre cultura e ideología; la construcción del sentido; y la construcción simbólica del
poder.
I.
En la construcción deuna hegemonía resulta importante la
representación porque implica los límites de la cultura y la
ideología
Si tal como sostiene Williams, la cultura es un proceso social total en el que los seres humanos configuran y definen sus
vidas y la ideología1 un sistema de significados y valores que constituyen la proyección de un interés de clase (Parf.
1
Raymond Williams; 2009; Página 148.
Página
1Williams) entonces, una y otra por sí misma, no podría dar cuenta de la hegemonía.
Comunicación y Cultura
Ariadna Reyes
FACSO-UCE
Mayo 25 de 2015
En el caso de la cultura y aún compartiendo con la hegemonía el carácter de proceso y sirviéndose de ella para
establecerse, excluye, en el modo en que se vive la cultura y esta determina las prácticas humanas la noción de
relaciones de poder auncuando sea en el campo de la cultura donde las fuerzas vitales de lo social producen y
reproducen significaciones y valoraciones e, incluso, donde las luchas de representación y las formaciones pueden
eregirse.
Para la ideología el límite es más claro pero no por ello menos importante. La ideología implica la proyección de la clase
dominante y, en cuanto tal, responde de modo directo a la constitucióndel poder2. Es en este campo donde los intereses
de clase se expresan y lo hacen predominantemente a partir del discurso y la narrativa de la creencia y la acción.
La hegemonía en tanto proceso que implica la construcción de relaciones de poder mediante el logro de la aceptación
voluntaria o interiorización de prácticas, expectativas sobre la vida, valores, ideas, ideologías y significados3encuentra en
las fuerzas activas de la cultura el lugar para representarse. Tal como lo indica Williams “El concepto de “hegemonía”
tiene un alcance mayor que el concepto de “cultura” (…) por su insistencia en relacionar el “proceso social total” con las
distribuciones específicas del poder y la influencia” (Williams; 2009; P.149). Y es en el reconocimiento de la totalidad del
proceso donde va más...
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