Reseña del libro "tutoria en la educacion: ¿instruccion o formacion? ed. focim 2009.

Presentamos el prologo del texto para una mejor comprension de su contenido.

PROLOGO

EPILOGO PARA UN TEXTO NO ANUNCIADO
Escribe Alfredo Grande

“no tengo la certeza de una tierra prometida, pero si la convicción de una lucha compartida”.
(aforismo implicado)

No soy afecto a las etimologías. Pero me gusta pensar que prologar es anteceder allogos. Como en las construcciones psicoanalíticas, no es importante que sea verdadero, simplemente alcanza con que sea verosímil. Por eso me parece imposible que yo prologue aquello que he leído con apasionado interés. Me parece más oportuno denominarlo epilogo porque es la resultante contingente pero no azarosa de la catarata de asociaciones que la lectura del material me produjo.

Epilogo: en lalógica del inconsciente los efectos preceden a las causas, por lo tanto a pesar de lo expresado, será finalmente un prólogo. Pero en el registro del tiempo cronológico, porque en aquel del tiempo lógico, mantengo la vigencia del “después” en detrimento del “antes”.

Este prólogo cronológico deberá, o mejor dicho, deseará constituirse en un análogo tutorial de la lectura del libro. Sostener ensu propia construcción aquello que Francisco nos invita a pensar: una función que propicia, que orienta, que regula, que sostiene, que descubre. Si el prólogo deconstruye la función profética de anunciar la buena nueva del texto, quizá pueda sostener la función de protección, de “holding materno”, propiciando la capacidad de reverie, de ensoñación que es necesaria para empatizar con el autor.La empatía en la lectura es quizá más importante que la comprensión intelectual de lo escrito. Especialmente, porque el autor no disocia la racionalidad sabida de la racionalidad sentida. Piensa y palpita al unísono, como si fuera la sístole y la diástole del pensador comprometido con la idea y con la acción. Freud ante un auditorio potencialmente hostil solicitó una actitud de “benévolacuriosidad”.

De eso se trata: de los destinos de la curiosidad atravesada por la benevolencia, la bondad, la auténtica necesidad de trabajar para que el mundo pueda ser entregado, mejor de cómo lo hemos recibido. Y cuando digo mundo no me refiero al planeta. Apenas a nuestros pequeños y medianos mundos de todos los días, en los cuales nacemos, luchamos, reímos, lloramos, creamos y en el mejor de loscasos, cosechamos las flores reconociendo en ellas a las semillas que plantamos en diferentes territorios. Tiempo de espera, tiempo de demora, pero tiempo en su dimensión terrenal, para que también nuestro reino pueda ser de este mundo.

Este prólogo que nace después del logos, desea ser conocido en su función tutorial. No restituye ni sustituye al texto. Simplemente lo anuncia para que searecibido como se merece: con serenidad, interés, pasión y empatía colectiva. Desea propiciar lo mejor del lector: la disposición al encuentro con lo nuevo, porque no es cierto que “mejor malo conocido que bueno por conocer”. Encuentro verdadero, porque el estilo del autor está en la otra cara de la luna de los intentos de colonizar el pensamiento. De eso mucho hemos tenido, y este libro es unaimprescindible compañía, una guía sabia y agradable, pero en modo alguno pretende ejercer un liderazgo autoritario y gruñón.

Yo lo leí con una sonrisa, porque compartía las preocupaciones, los anhelos, los éxitos y los fracasos de aquellos que preferimos enseñar porque aprendemos, y que preferimos seguir aprendiendo a aprender. Y no sería raro que en esa dialéctica del aprendizaje fundante, tambiénpudiéramos enseñar algo de lo poco que sabemos. Y descubrir, como enseñara Freud, que el paciente, y también el alumno, “saben, pero al no saber que saben, creen ignorarlo”.

Pero esa manera de pensar la tutoría implica correrse del lugar del experto, del especialista, del saber objetivo que muchas veces apenas pueda disimular su aspiración de absoluto. En la cultura del lucro, las marcas...