Reseña García Amado
En: DOXA, Cuadernos de Filosofía, 24, Universidad de Alicante, 1989
Autor: Juan Antonio GARCÍA AMADO
Referencias:
http://publicaciones.ua.es/filespubli/pdf/02148678RD29759748.pdf
http://www.garciamado.es/
En la parte inicial el autor desea dar a conocer “concepciones básicas acerca de la realidad de lo jurídico, de la materia primaque, de un modo u otro, determina o dirige la decisión judicial” o permite ver claramente si el juez aplica correctamente el derecho, si la decisión es racional en sede judicial, etc. Es así, que menciona tres concepciones: concepción lingüística, concepción intencionalista y concepción material, que comparten la idea de que existe algo preestablecido a la decisión judicial que sirve o servirácomo pauta, designándole un valor normativo.
I.Tres modos de concebir el derecho y la decisión jurídica correcta
Primero, el autor señala a la “concepción lingüística que ve el derecho como normas cuya realidad originaria es la de enunciados lingüísticos contenidos en ciertos textos” que son reconocidos como fuentes que son derecho. Es así, que para esta concepción el Derecho “está constituido en ypor el lenguaje”, y los problemas del proceso de norma jurídica a decisión jurídica son problemas de interpretación (significante/significado/significación). En esa línea, destaca que la semántica del lenguaje jurídico padece los mismos problemas que la semántica del lenguaje ordinario, por lo que la teoría y la práctica del derecho han desarrollado, como respuesta a este problema (que incluye eluso de términos vagos, ambiguos o indeterminados) la teoría de la interpretación jurídica (que “da o trata de dar pautas y reglas para concretar y precisar los enunciados de las normas jurídicas en lo que tengan de indeterminado”). Asimismo, con la interpretación se puede aclarar y precisar el significado de los enunciados en que las normas jurídicas se contienen. (El autor compara lainterpretación del teórico y del práctico en la resolución del problema: el primero redefine los enunciados legales, el segundo verifica si un hecho es subsumible en la norma.) Ahora bien, precisa que la semántica pone límites en el significado: lo que supere este límite ya no interpreta sino crea, y la decisión que se base en esta nueva norma ya no podrá presentarse como aplicación de aquella otra. Alrespecto, propone un ejemplo: la norma jurídica N dice: “se prohíbe el uso de gafas en todo tipo de embarcaciones marítimas”. Sin afectar el «sentido común lingüístico» se puede ofrecer distintas definiciones de lo que en N se pueda entender por «gafas»; y determinar que en N caen solamente lentes de montura de uso diario u otras gafas que se utilizan en diferentes actividades (dependerá la atribuciónde algún otro fundamento: “fin de la norma”, “intención del legislador”, etc.), llegando a cumplirse con el mandato legislativo respetando el texto normativo. No obstante, si alguien con cualquier alegato (subjetivo, de principios, valores…) “interpreta” que por N se puede entender la prohibición también de pistolas en las embarcaciones, estaría creando una norma nueva, y al ejecutar esaprohibición frente a quien porta una pistola en una embarcación no estaría cumpliendo N, sino una nueva norma creada por él. Por ello, esta concepción no se compromete necesariamente con ningún orden de valores ni ninguna política, y se vincula con tesis ontológicas, epistemológicas y conceptuales.
Segundo, García menciona a la “concepción intencionalista que contempla el contenido del pensamiento y laintención de los legisladores”. Así, señala que comprender una norma no es averiguar el significado o los significados posibles de un enunciado legislativo, sino descubrir las intenciones que su emisor dio a dicho enunciado. Por tanto, la correcta interpretación sería aquella que demuestra la verdadera intención del legislador. En ese orden, considera que el derecho no es definible como conjunto de...
Regístrate para leer el documento completo.