Reseña manual de inquisidores (eymeric, nicolau)

Este libro, en primera instancia, fue escrito por el Inquisidor General de Aragón Nicolau Eymeric a mitad del siglo XIV, bajo el nombre Directorio de Inquisidores. Más tarde, en 1821, el abate español José Marchena Ruiz publicó en Montpellier el Manual de Inquisidores teniendo como base fundamental los textos de Eymeric. Fundamentalmente este libro consiste en la postulación de ciertosprocedimientos que deben ser realizados para llevar a cabo el Santo Oficio de una manera ágil y sumarísima, contextualizados en lo que se denominaba Los Reinos de España.

Teniendo en cuenta lo anterior, cabe destacar que la misión o el objetivo principal de esta obra es el de otorgar una instrucción organizada para los tribunales de la Santa Inquisición, a fin de sistematizar todo el trabajo jurídicoque estos ejercían y así, empleando todas los dogmas de la fe y las normas allí contenidas, perseguir, castigar y erradicar la herejía. Igualmente, al ser este texto traducido y editado por José Marchena Ruiz –casi 500 años después de su publicación original-, se observa no solamente la descripción fiel del Directorium Inquisitorium (enriquecida con ulteriores ediciones y con algunas adiciones deltraductor) sino también una crítica de la ideología impuesta durante el periodo de la inquisición (que no solo buscaba castigar severamente sino a su vez refutar las ideas innovadoras o liberales a través del miedo) y un análisis sobre las consecuencias que se presentaron en la España del siglo XIX.

El libro se compone de una serie de capítulos en los que se consideran todos los factores quetienen un papel importante en el juicio, así como el tratamiento y clasificación de los delitos y de los reos. Los primeros capítulos se centran en definir cómo toman forma las causas de herejía (acusación, delación o pesquisa), así como lo relacionado con los testigos. Muestra al lector que cualquier persona puede ser declarante en un proceso, independientemente si dicha persona es infiel, ha sidoexcomulgada, si se trata de un familiar del acusado o si se es un falso testigo. El autor es enfático en el hecho de que los testimonios deben ser contra el acusado y nunca a favor.

Posterior al tratado de estos agentes, la obra se concentra en definir el tema de la interrogación y de la defensa del acusado: hechos fundamentales junto a los testigos para demostrar si una persona es hereje o no.Allí se ponen en manifiesto tanto el procedimiento para efectuar la labor de interpelación así como las diez clases de tretas o trucos que un acusado podría usar a su favor con tal de disuadir al inquisidor. Se aconseja al inquisidor contrarrestar estos trucos con otra serie de astucias, bajo el método ut clavus clavo retundat (un clavo rechaza –o saca- otro clavo). En cuanto a la defensa del reo,se basa en cuatro acciones siempre con miras de exhortar al procesado a que declare la verdad: intervención de un abogado al que este puede consultar, recusación de testigos o jueces y finalmente la apelación. Esta parte del libro se complementa con un capítulo posterior que habla sobre la absolución. Esta, manifestada como el perdón dado a un acusado cuando no se encuentran pruebas quedemuestren el atentado cometido contra la fe, nunca implica inocencia, debido a la contingencia establecida por los tribunales en el caso en que un reo vuelve a ser llevado ante estos.

En este punto se puede considerar que el libro entra en una segunda parte, caracterizada por la determinación de los delitos que conoce el Santo Oficio y los castigos que se imponen a las personas halladas culpables. Elprimer aspecto hace referencia a actos como la blasfemia, la adivinación, hechicería y alquimia, adoración al diablo o a calaveras, los infieles, los judíos, los excomulgados, los apóstatas, etc. Se excluyen ciertos casos como los alquimistas pobres o a aquellos que protegen o no denuncian a sus amantes herejes. En todo lo concerniente a castigos, se destacan la tortura, cárcel perpetua, las...