reseña querias chichis

¡AH! PERO QUERÍAS CHICHIS,
¿VERDAD?


Siempre quise saber que había detrás de sus vidas, que en su corazón, que en su espíritu de mujer atrapado en un cuerpo de macho…

Hasta que Romelia me conto su historia.







¡AH! PERO QUERÍAS CHICHIS,
¿VERDAD?

Soy por dentro una princesa encantada
Por fuera un furioso guerrero que la guarda.
Arturo Ramírez Juárez
Para AlejandraBogue

¿Mi mamá? ¡Pobre mujer! Su único hijo y le salió vestida.
Pero sí, me ha ayudado bastante. “¿Quieres ser una niña?
Pues vas a ser una niña bien, una señorita fina. Te me qui-
tas ese rubio platinado y te me pones a hacer gimnasia.
Hay que hacer algo con ese cuerpo que todavía no se sabe
Si va o viene…” Gracias a ella me dejé el pelo de mi color,
me lo corté, cambié de guardarropa. Sí,me ha ayudado a
mil cosas. No me dice Romelia, pues cómo, si soy su Víctor
de toda la vida. Pero si mis amigos llegan, “Ay, señora, ¿es-
tá Romelia?”, pues sabe, ¿no? Pendeja no puede hacerse.
Pobre, le llegué de Acapulco ya transformada.

A mi papá no lo vi nunca. Mi recuerdo de él siempre fue
Muy vago. Vivíamos en el norte y cuando yo tenía tres años
Nos venimos al DF. Aquí, uno de misprimos más grandes,
Como de dieciocho, me ponía a chuparle el tilín. Me vestía
con los camisones de mi tía, ¡y yo un bebé! Ni siquiera sa-
bía lo que estaba haciendo, hasta que un día me cansé.
Cuando entré al kínder ya me atraían muchísimo los ta-
cones, los bilés, las pelucas, los ligueros. Esa es una imagen
que no la voy a poder olvidar jamás: el liguero. Creo que la
traigo de otra vida,es demasiado fuerte para ser sólo de és-
ta. A mí no me gustan las chicas con liguero, ¡me gusta ponérmelos!
¿entiendes? Recuerdo muy bien a mis tías,
muertas de la risa, poniéndome un liguero y yo ahí, paradito
a mis cuatro años, derritiéndome de la emoción. En
cuanto todos se iban, corría a encerrarme en la recámara
de mi mamá. A los cuatro años cualquier niño parece muñeca
cuando seviste de encaje rosa y se pinta los labios de bermellón.














En el kínder me molestaban con que niña, maricona y
No sé qué tantas cosas, y eso que mi manera de ser no era
ni siquiera muy quebrada que digamos, ni pensaba enton-
ces en ser una vampiresa ni una vedette; eso vino después.
Tal vez era por mi belleza física. Estando en el kínder, una
Noche tuve un sueño,porque a mí los sueños me dicen co-
Sas, ya desde entonces. Bueno, pues soñé que me besu-
queaba con uno de mis compañeritos. ¡Fue toda una
revelación, casi bíblica!
A los cinco años iba en primaria y ya quería ser Angélica
María. Me pintarrajeaba como niña, y todo sin conciencia.
Lo hacía como un juego, por lúdico, maravilloso, inocente
y sincero. Siempre admiré mucho a las mujeres. Las sigoadmirando. Sí, me gustaban los carros, las canicas y todo
eso, pero me sentía más a gusto con las niñas, o yo solo, por-
que entonces jugaba a que era un hada y les cumplía sus de-
seos a los niños que me gustaban. Algo dentro de mí sabía
que esa tierra de las hadas era pura fantasía, pero me hacía
el loco porque ese era el lugar donde más feliz me sentía.
No, mi mamá no se daba cuenta denada. La pobre se ha
pasado toda su vida trabajando, ¿me entiendes? Ella no se
daba cuenta, pero yo sí. Y mi abuela también. “Ese niño
tiene clase”, decía al principio. Cuando crecí cambió de
opinión: “Tu hijo parece marica.” Mucha gente no me
cree, pero es cierto, deveras, a los cinco años ya sabía qué
era ser maricón: era un hombre al que le gustaban los
hombres. No conocía eltérmino homosexual ni desviado
ni cosas así, pero sabía por dónde iba mi rollo.
Luego entré en la primaria, al Colegio Tepeyac, sí, de
maristas y de puros hombres. ¡El Paraíso Terrenal! Ahí te-
nía para escoger. Claro que me siguieron molestando con-
que parecía niña. ¡Toda mi vida he parecido niña! Ahora
me encanta, pero entonces me incomoda parecer niña y
estar en una escuela de hombres....