Reseña de Eduardo Nicol

El hombre expresa su ser,y lo transforma al expresarlo. Ninguna definición o idea del hombre es completa, pero tampoco es completamente errónea: todas son de alguna definitivas, pues cada una realza un cierto rasgo distintivo.
No podemos coexistir con las cosas sin formar una cierta idea de su ser. La ausencia de una definicion rigurosa y omnicompresiva no justificaría la direccion que tomanalgunos pensadores modernos, quienes considean posible reducir a ciencia esas realidades.
El hombre es lo que hace; El hombre no siempre hace lo mismo, ni hace lo mismo de la misma manera, y cualquier cosa en el mundo, son lo que son inalterablemente. La alteración del hombre es lo que se llama historia, y añade una dimensión nueva al problema de su definicion. La union entre ciencia del hombre ehistoria del hombre no es una tesis de teoría: es una dato del problema.
Si el hombre es lo que hace ¿Puede cambiar su hacer sin que cambie su ser? Y si este ser carece de fijeza ¿Cómo se lograría arensarlo en la formalidad lógica de una definición? Sólo es definible lo que posee formalidad real invariable.
Las ciencias particulares y la filosofía, en vez de empeñarse una y otra vez en obtener unadefinición delhombre, hubiera sido mas provechoso convertir en obtáculo en señalindicativa. El hombre es el ser que no necesita definición.
Los intentos de racionalización de la historia suelen dejar al margen la cuestión de la idea del hombre; mientras que los intentos de conceptuar el ser humano, en forma unitaria y definitiva, no consiguen integrar el dato de la historicisas delser. Espreciso advertir que las dos cuestiones son interdependientes: que los dos intentos han de reducirse a uno solo.
La historia sería un procesos amorfo. Como conociemiento del pasado, las concepciones históricas no tendrían otro significado y valor que el deunas interpretaciones subjetivas: unas expresiones de la situación presente, o del punto de vista personal, que seríasn ellas mismas hechoshistóricos.
Con la renuncia a la objetividad y a la vocación universal, la impotencia del pensamiento hispánico para disiplinarse según los cánones de la ciencia, se convertía en un mérito distintivo. Inversamente, el empeño de incorporar nuestra filosofía a la corriente universal, depurándola de rasgos típicos,solía denigrarse, como si fuera indicio de un desarraigo. La tesis de una irracionalidad de lohistórico es inadmisible por principio: ninguna realidad es ajena a la razón. La anomalía tenía que radicar en nuestro defectuoso intento de dar razón del ser histórico.
La dualidad misma no esproblema: es el dato inicial. Las dos formas están realmente integradas en la unidad del ser humano. El problema es dar razón de una de ellas, que es justamente la propia, sin invalidar lo que sabemos aciencia cierta de la otra. La unidad real del hombre y lo no humano jamás ha estado en duda: lo que falta en la unificación cientifica.
¿Qué clase de ser es elque no sólo tiene idea de las cosas, y necesita de tales ideas para existir, sino que además ejecuta en su existencia ese acto singular, que consiste en comparecer ante sí mismo y formar una idea de sí mismo? La pregunta por el ser del hombre,yel tema de la formación y evolución delas ideas del hombre, están coaligadas sistemáticamente y se plantean en ese horizonte de la temporalidad que es la historia.
Por algún motivo, la mayor insistencia del pensamiento en la formalización racional de lahistoria tenía como resultado una enajenacion. El hombre aparecia como una acomparsa en el drama, un sujeto pasivo del proceso. De este procesoeran ajenas a su designio. Cuanto mas se realzaba el libre arbitrio, más parecpia quedar asimilada la humanidad a la arbitrariedad. Tenía que existir forzosamente algun modo de racionalizar la historia sin deshumanizarla.
Lo decisivo es el método: el simple repudio de las consecuencias no basta para obtener una clara comprensión filosófica. La necesidad de partir de lso hechos y atenerse a...