reseña

LA RUTA DEL AGUANTE.
CANTO LO QUE SIENTO EN MI CAMIÒN.
Pasión y Legado.
Ser camionero siempre me ha parecido un trabajo envidiable. Me lo imagino como una de las mejores formas de libertad, en un camión que a la vez es una casa, con una cojineria de peluche, con sus cobijas, las latas de comida y el mercado. Descifrar y percibir el clima; tener la oportunidad de diferenciar las estrellas delos planetas, tener la satisfacción de observar tantos colores y figuras de paisajes, percibir el cálido clima de la hoguera, las infinitas ganas de trasnochar, las promesas que van y vienen y lo mejor de todo: oler a un cielo eternamente azul.
Un transistor para escuchar a Darío Gómez y vallenato, pero del más clásico, en un silencio casi perfecto, ignorar lo que los rodea y sentirse ignoradopor el resto del mundo; nadie se entera de lo que hacen o no, qué ruta han tomado o por dónde se han desviado. Tantos destinos por conocer y carreteras por recorrer y un sinfín de historias que desean sean contadas.
“Nuestra profesión es discriminada he ignorada, el desprestigio en el que nos tienen a nosotros los transportadores, es que somos personas brutas y sucias”. José Luis García dio unvistazo por la ventada de su camión color naranja fuerte, al observar el asfalto que se perdía en la inmensidad del paisaje, empezó a evocar su niñez, su juventud y adolescencia, aquella primera vez que se subió a un camión y agarro con sus manos el volante, con un miedo raudo en su cuerpo y con la pasión que lo hizo. De pronto inhaló fuertemente y comenzó a cantar a todo pulmón “Voy a arrancar,soy el chofer manejare la noche hasta al amanecer, tiempo no hay, para perder tengo un buen tramo de país que recorrer.”
Sus ojos café iluminados más de lo normal, sus labios y sus manos de color morado muy morados e irritados completamente por el frío tan verraco que hacía “La razón por la que no volví a la escuela, fue por falta de plata o bueno, no nos mintamos, fue porque yo quería sercamionero como mi papá y eso fue complicado. Primero mi papá tenía una camioneta que le decíamos ‘La pirula’, la utilizábamos para llevar abono y concentrado. Esa era fácil de manejar, incluso las chinas de la casa aprendieron en ella, pero cuando me monté en el camión que tenía mi papá en ese entonces era una cosa grandísima y yo con catorce años, era un culicagado y pues aprenda porque qué”.
Dejaal descubierto su anillo de matrimonio, engrosando su voz y arrugando la frente, aclara “Tengo corazón para dos mujeres: Claudia, mi esposa, con la que llevo casado diez años y la otra se llama Carmen, a mi esposa la veo cada ocho días o bueno cuando no me sale viaje, porque yo llego, descargo en Bogotá y si hay un buen flete –Precio que ha de pagarse por el alquiler de un barco, avión, o camión, opor la carga transportada- pues arranco, pero eso si cada vez que llego a mi casa le llevo algún detalle a mi esposa y a mis hijos. Y Carmen… ¡hay esa mujer es la mejor de todas!”.
Su respiración se agita, mira de reojo porque no podía desviar su atención de la carretera “A Carmen la veo cada año, para ser más exacto en el mes de julio eso sí es costumbre y una necesidad de ir a verla. Bueno nola veo, la siento; todos la conocen como la Virgen del Carmen; la que me ha salvado de unas que no se imagina y eso sí cada añito a mi camión le puede faltar todo, menos la bendición que hacen en Villa de Leyva”.
En la programación de las ferias y fiestas de la Virgen del Carmen en Villa de Leyva hay un día específico para el transportador, siempre es un domingo. José Luis y su familia asistenmuy puntuales a la misa de las diez de la mañana y luego se dirigen a la plaza central a hacer el brindis en honor a la patrona de los transportadores. Ellos llevan su almuerzo: carne, gallina, conejo, papa, yuca y arroz, sin que haga falta la polita. Cada transportador que asiste a estas ferias y fiestas, aparca su camión y sus carros en la calle cerca a la iglesia, y así mismo el padre pasa...