Resistencia y lucha femenina

Resistencia y lucha femenina como orden institucional

En el presente escrito trabajaré la diferencia de género: hombre – mujer tomando como fundamento una perspectiva histórica dinámica, haciendo énfasis en la época actual, desde un contexto latinoamericano y en relación con la incorporación de la mujer al ámbito del trabajo remunerado. De manera que revisaré las distintas formas de regulaciónsocial que han sido creadas por la sociedad para manejar y abordar la diferencia de género: hombre - mujer, teniendo en cuenta las dificultades que han emergido durante el proceso de construcción de los mecanismos para sostener la regulación social de dicha diferencia, además de considerar el papel del actor psicológico dentro de los contextos aquí planteados.
Para empezar, las formas deregulación social cuentan con diversos componentes que permiten la existencia y mantenimiento de las mismas, así, el orden institucional de la sociedad resulta fundamental para el manejo de las diferencias sociales al proveer un conjunto de mecanismos que contribuyen al ordenamiento social, buscando normalizar el comportamiento de las personas. Los mecanismos de funcionamiento del mundo institucionalestán basados en la creación y legitimación de creencias, roles, normas y pautas de relación, buscando el bienestar de las personas que comparten un mismo territorio. En este sentido, el orden institucional sería un producto humano, el cual es cambiante y dinámico al depender de la condición histórica propia de la mujer y del hombre. (Berger & Luckman)
Mujeres y hombres nacen en un mundosocialmente construido, donde los elementos de aquel mundo parecen estar organizados institucionalmente – como mencione con anterioridad- de una manera “inamovible”. De esta forma, el hombre durante su proceso de desarrollo entra a formar parte de una sociedad latinoamericana que en la actualidad sigue reflejando actitudes y comportamientos propios del sistema de organización social conocido comopatriarcado, en el que la mujer quedaba relegada a la esfera privada de determinada estructura social, estando a cargo de los trabajos domésticos; como la crianza y cuidado de los hijos, además del mantenimiento de la estructura del hogar. Mientras que el hombre era quien se encargaba de proveer y sostener económicamente el núcleo familiar por medio del trabajo remunerado.
De acuerdo con lo anterior,tanto la mujer como el hombre al entrar al mundo institucional que tiene como fundamento la estructura del patriarcado, seleccionan, aceptan, y guardan dentro de sí los roles que les son presentados en el marco contextual del que empiezan a hacer parte, siendo el legado de distintas producciones humanas, las cuales han sido transmitidas a través de generaciones, por medio del proceso de socializaciónpara poder actuarlos posteriormente en la dimensión de vida, propia de cada ser humano (Berger & Luckman,). De ahí que la mujer se haya habituado al papel de subordinación y opresión ante la figura masculina, quien ha aceptado y reconocido el papel de inferioridad de la mujer (tipificación recíproca), luego de la organización y atribución de los roles específicos dentro de la estructura sociala la que pertenecen, determinando la dinámica de las relaciones entre hombres y mujeres.
De modo que el modelo de opresor – oprimido, donde la mujer es la oprimida y el hombre el opresor, se ha reproducido en distintos ámbitos de la vida de los sujetos, como ha ocurrido en el escenario del trabajo, en el que ha emergido la división sexual del trabajo debido al acceso de la mujer al mundo laboralgracias a la contratación de mano de obra femenina barata por el cambio de modelo económico en la época de los años 70, factor que conduce a la segmentación del género ocupacionalmente, de acuerdo a “la calificación y descalificación de la fuerza de trabajo femenina” (Arango, p. 83,), provocando así la división sexual del trabajo.
La mujer una vez que tiene acceso al mundo laboral, se inscribe...