Resonancias (Heráclito y Spinoza)

RESONANCIAS.
Ecos e indicios cruzados entre la filosofía de Heráclito y el pensamiento de Spinoza.
“Por resonancia entiendo la relación entre los fragmentos por la cual un único tema o imagen verbal se repite de un texto a otro, de modo tal que el significado de cada uno se enriquece cuando se los entiende conjuntamente.” Charles Kahn.1

¿Qué es la historia de la filosofía sino una resonanciasin tiempo, a lo largo del tiempo? Aquello que Kahn encuentra en la lectura de los fragmentos heraclíteos, me propongo rastrearlo entre algunos de estos fragmentos y las proposiciones de la geometría spinociana. Resuenan las ideas de los pensadores en sus sucesores, a través del inconmensurable devenir de las generaciones: el eco se produce en ese devenir, pero cuando el eco se produce el devenirse interrumpe. Resonancia y herencia: si todo cambia, si el río ya no es el río ni yo soy ya yo, lo que resuena es lo que queda, lo hereditario se hace cargo de lo que se transmite, de aquello –poco- que no muere. Armonía de opuestos, tensión entre dos polos: lo que perece y lo que continúa. Retomemos las primeras líneas: no se trata en este texto de la resonancia en general, sino de unaresonancia. La que se da entre dos autores particulares de la historia de la filosofía: Heráclito y Spinoza. ¿Cuáles son los focos reverberantes que nos interesa indagar? Básicamente dos: por un lado el vínculo entre el Logos de Heráclito y el Dios de Spinoza, y por el otro, la concordancia que puede verse entre sendos llamados a conocer o a despertar. Por último, el abordaje de estas dos convergenciasnos llevará, sobre el final del texto, a pensar un posible punto de ruptura: la concepción de guerra incesante que por imperio del Logos es -en Heráclito- el ser del mundo, frente a la solución que propone Spinoza, cuando nos propone congeniar la alegría individual con la colectiva. Es evidente que no hablamos de temas que no aparezcan en otros discursos, pero el objetivo radica aquí en abordarlosmediante esta resonancia particular, para pensarlos una vez más, desde la perspectiva de estos autores. No concibo otro objetivo para la escritura que el de dar que pensar, una y otra vez, los mismos temas.

Kahn Charles, “Acerca de la lectura de Heráclito”. Kahn postula en este artículo dos formas de lectura de los fragmentos de Heráclito, “resonancia” y “densidad lingüística”.

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1¿Qué es el Logos de Heráclito, aquél sin cuya comprensión permanecemos dormidos, aún despiertos? ¿Ley que rige las cosas o ley que rige el discurso? ¿Es posible establecer una relación entre este Logos y el Dios spinociano? Y si tal relación fuese posible, ¿en que consistiría? Si Spinoza nos convoca –como veremos- a sustituir las ideas inadecuadas por las adecuadas, y si el pasaje se produce a travésde la razón (logos), estamos en presencia de una convocatoria ética muy similar a la del heraclíteo paso del estado de dormido al de despierto, que sólo es posible oyendo al Logos. En Heráclito los dormidos no comprenden el Logos, no comprenden que Dios es uno. No captan lo común. En Spinoza, los que viven en la confusión, los que piensan mediante ideas inadecuadas, no captan a Dios, ni lo puedenamar. Spinoza utiliza la dura palabra vulgo para designar a la mayoría que no comprende. El vulgo spinociano duerme, duerme despierto, no comprende, ignora: al no pensar adecuadamente el alma queda a merced de las pasiones.2 Es posible que no quede muy claro qué es ni hacia adónde nos conduce ese pensamiento adecuado, y que el Logos se nos escurra como agua entre las manos. Pero es indudable que labúsqueda persiste incansablemente, a través de veintidós siglos que parecen no transcurrir, al menos, desde el punto de vista de la eternidad.

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Referiremos con mayor detalle al problema de la función de los afectos y las pasiones en Spinoza en el segundo apartado de este trabajo.

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Del Logos a Dios.
Hace unos 2500 años, la tierra vio surgir, entre furiosas guerras y sucesivas...