Resumen - Botin de Guerra
Parte Uno: Los secuestros
Capítulo I
Los inviernos son fríos en City Bell. En agosto, recién a mediodía, con el solcito, los más chicos salen a la calle. Echan de menos los veranos y las bicicletas. Pero se conforman, porque saben que volverán.
Detrás de la ventana, en su escritorio, una mujer los mira. Esos niños que juegan pasan ante sus ojos y se le mezclan ansiosamentecon sus propios recuerdos. Quizás por eso desvía la mirada y relee la carta que ha escrito hace ya años, en 1981:
“Clara Anahí, mi chiquita, hoy es doce de agosto, es tu cumpleaños. Cumples cinco años, mi vida, y yo sólo puedo imaginarte… Hace cuatro años y nueve meses, oscuras fuerzas te llevaron. Eras apenas un bebé con batita rosa, con una boca grandota que reía y reía y unos ojitos espiones quebuscaban ansiosos las caras de papá y mamá, para reír de puro llena de amor. Y cómo reías cuando yo te cantaba el arrorró ¡Tan desafinada como siempre! La familia, gozosa, opinaba que demostrabas muy buen oído y gran inteligencia”.
El espanto, el horror, aquel 24 de noviembre de 1976. Los tiros. La muerte... Y ‘desapareciste’. Te llevaron solita. Tenías tres meses. El tiempo se detuvo. Nunca másla vida.
Te he buscado, mi Anahí, sin descanso. Por sobre el desgarrante dolor de mis muertes. Ignorando las armas, las amenazas y las injurias, te busqué un día y otro día y otro y un mes y muchos meses. Crecías y yo debía encontrarte ya, ya mismo, enseguida.
Te busco sin descanso. Qué hicieron con mi bebita, con mi Anahí. ¿Dónde estás? Tengo que apurarme, tengo que encontrarte antes de quesigas creciendo lejos de mí, de lo que queda de tu familia.
Dios, si estás ahí, escucha. Diles que me devuelvan a mi nieta. Ayúdame a no odiar, porque no sé si son hombres o hienas los que me la llevaron indefensa, con su pañal y su batita rosa.
Y a mi Anahí dile, por favor, que su abuelita está aquí, buscándola, arañando las puertas herméticas”.
Se llama María Isabel de Mariani, es elegante ycanosa, fue pintora, ceramista y profesora. Su marido dirigió la orquesta del Colón. El 24 de noviembre de 1976 el equilibrio se rompió.
Al otro día –25 de noviembre– “El Día” –de La Plata– “La Prensa” y “La Nación” repetían fielmente los comunicados oficiales:
“A las trece y treinta del día de ayer, personal de las Fuerzas de Seguridad se hizo presente frente a la vivienda sita en la Calle 30,entre 55 y 56 de la ciudad de La Plata (provincia de Buenos Aires) en razón de haberse recepcionado una denuncia de que en el lugar funcionaría una imprenta clandestina perteneciente a un grupo de terroristas, al cabo de varias horas de intercambio de disparos fue menester emplear explosivos, con lo que se redujo a los sediciosos y se logró el acceso a la finca –seriamente dañada por el combate–hallándose,en efecto, una imprenta clandestina perteneciente al grupo ‘Montoneros.
En cuanto a los delincuentes terroristas abatidos, se identificó a Roberto César Porfidio, Juan Carlos Poiris, Eduardo Mendiburu y Diana Esmeralda Teruggi, no lográndose de inmediato la identificación de los tres restantes por la carbonización de sus papilas dactilares”.
Pero más allá de estas interpretaciones,María Isabel de Mariani guarda sus propias vivencias de aquellos acontecimientos:
“Todo ocurrió un miércoles 24 de noviembre. Los miércoles eran los días que traían a mi nietita a mi casa. Era ese día en el cual yo no trabajaba en el colegio por la tarde.
Ella me llamó esa noche para decirme que me iba a traer la nena al día siguiente. Le pregunté si iban a venir los dos y me respondió que no, que mihijo tenía que ir a Buenos Aires y que ella me traería la nena como siempre, en su Citroneta. Al otro día, cumplí mis tareas en el colegio y me vine rápidamente, para tener todo listo, sobre todo el baño para la nena, porque pensaba que me la traerían más o menos a las dos de la tarde. Preparé todo y me puse a tejer una batita color rosa. Estaba una señora que limpiaba la casa –más amiga que...
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