Resumen de "El hedor de América R kusch"

El hedor de América R kusch.
(Introducción de América profunda, Buenos Aires, hachette, 1962)

Resumen:
Todo resulta más difícil, no es cuestión del agotamiento físico, es cuestión del temor de las buenas cosas que han quedado en el pasado con la buena gente de nuestra ciudad. Comenzamos a entender que todo es irremediable adverso y antagónico y que desde adentro traemos otra cosa no sabemossi peor o mejor, que difícilmente ensamblara con aquella. Nos hallamos como sumergidos en otro mundo que es misterioso e insoportable y que esta afuera y nos hace sentir incómodos, paulatina e infinitivamente prisioneros, en medio de una exterioridad que nos acosa y nos angustia. Es el remedio natural del que se siente desplazado, un remedio exterior que se concreta en el fácil mito de lapulcritud, como primer síntoma de una negativa conexión con el ambiente. El miedo de no saber como llamar todo eso que nos acosa y que esta afuera que nos hace sentir indefensos y atrapados. Es más. Hay cierta satisfacción de pensar que efectivamente estamos limpios y que las calles no lo están. Además es importante sentirse seguro, aunque presintamos que somos poca cosa y que tenemos escasa resistenciacuando el mundo exterior nos es adverso. El hedor es un signo que no logramos entender, pero que expresa, de nuestra parte, un sentimiento especial, un estado de emocional de aversión irremediable, que en vano tratamos de disimular. Más, aun diríamos que el hedor entra como categoría en todos nuestros juicios sobre América, de tal modo que siempre vemos América como un rostro sucio que debe serlavado para afirmar nuestra convicción y nuestra seguridad. La oposición entre pulcritud y hedor se hace de esta manera irremediable, de tal modo que si se quisiera rehabilitar al hedor habría que revalidar cosas tan lejanas como el diablo, dios o los santos. Y mover la fe desde la pulcritud al hedor constituye casi un problema de índole religioso. En la Argentina eran los hijos de inmigrantes quedesbocaban las aspiraciones frustradas de sus padres. Contra ellos luchaban los de abajo, siempre en esa oposición irremediable de hedientos contra pulcros, sin encontrar nunca el término medio. Todos ellos fueron la destrucción de la anarquía, por que eran la revolución en su versión maldita y hedienta eran en suma el hedor de América. Esta es la dimensión política del hedor, que pone a este enevidencia y lo convierte en un antagonista inquietante. Algo así como si se despertara el miedo al desamparo, como si nos desalojara del hogar para exponernos a la lluvia y al viento o como si se nos diera la vida de aquel mendigo que nos esperaba en la puerta de la iglesia, y en adelante tuviésemos que recorrer la puna, expuestos al rayo, el trueno y el relámpago. Es el miedo que antes de ladivisión entre pulcritud y hedor, en ese punto en donde se da el hedor original, o sea esa condición de estar sumergido en el mundo y tener miedo a perder las pocas cosas que tenemos, ya se llamen ciudad, policía o próceres. Pero este miedo de ser primitivos en lo mas intimo, un poco hedientos, no obstante nuestro firme pulcritud que nos asalta en el Cuzco, comprende también el temor de que nos aparezcael diablo, los santos, dios o los demonios. Es el miedo a la ira de dios desatada como pestilencia y desorden que es América se nos muestra a nuestras espaldas con toda su violencia y que nos engendra el miedo de perder la vida por un simple azar. Por eso nos sentimos pequeños y en cierto modo mezquino pese a nuestras grandes ciudades. Y esto es autentico porque surge en esa alternativa que se daen el equilibrio entre la vida, por un lado, la muerte, del otro. Y es un momento creador porque ahí brota la gran mística que confiere sentido al hecho de vivir. Y en el juicio aquel hedor de América y sobre la afanosa pulcritud, se halla implícito el afán de encubrir una ira que nadie quiere ver. Por una parte, los estratos profundos de América con su raíz mesiánica y su ira divina a flor de...