Resumen de la obra de paul auster
El erotismo femenino contemporáneo.
4.1. Comunicación y la constitución de la subjetividad erótica de la mujer.
El hombre se ha convertido en un ser muy dependiente, sus decisiones son tomadas desde toda una gama de influencias que a lo largo de su vida social se le impostan, tanto en la subjetividad digamos incontrolada, como en la racionalidad juiciosa bajo el aspecto de unaforma o método para “pensar las cosas”. Se puede decir que los seres humanos de la actualidad nos caracterizamos por guardar una comunicación sin palabras que bajo acuerdo tácitos construyen modelos de vida y sobre todo identidades, que en origen parten de la tendencia natural a cofmromar una identidad íntimamente unidad a la autopercepción y a la forma en que se vive el cuerpo propio como mujer.Foucault plantea que
…no hay ejercicio de poder posible sin una cierta economía de los discursos de verdad que funcionan en, y a partir, de esta pareja. Estamos sometidos a la producción de verdad desde el poder y no podemos ejercitar el poder más que a través de la producción de la verdad.[1]
Entendiendo pues que las relaciones entre cuerpo y poder responden a mecanismos de producción deverdad, no es de extrañar que las relaciones diferenciales y desiguales entre los géneros también respondan a prácticas discursivas que, inscritas desde los ámbitos políticos (públicos, mayoritarios, masivos), permitan y aseguren desde el punto de vista institucional no sólo la transmisión de poder, sino la acumulación y coagulación de los capitales sociales, culturales/simbólicos, políticos yeconómicos que dan paso a los procesos de circulación y funcionamiento de las mismas.
De ahí que como bien corrigiera Bourdieu,
El problema está en el reconocimiento, es decir, en las diferencias socialmente conocidas y reconocidas existen sólo para un sujeto capaz no solamente de percibir esas diferencias, sino de reconocerlas como significativas e interesantes.[2]
Reconocer pues ladiferencia es subrayar su carácter significativo, es enfatizar su poder simbólico, su capacidad para producir significados que luchan por legitimarse como verdaderos. En este sentido, el género es una categoría que en tanto “habla” de luchas por la desmitificación del discurso de la Verdad políticamente reconocida y legitimada por el dominio masculino vía medios de comunicación, supone un choquecultural donde las diferencias de significados -incluso más que ello, la deslegitimización de los significados dominantes- se concreta en asimetrías simbólicas y sociales que generan conflictos que pueden ser descritos como conflictos interculturales.
En este sentido, la identidad se construye y la conciencia reflexiva, que es la subjetividad, corresponde a un modo cultural de estar en el mundo; sinembargo, siempre que se habla de identidad se cae en un lugar común, el del esencialismo, en el determinismo.
Hablar de identidad plantea una dificultad siempre latente entre lo que somos de manera indefectible e irrenunciable y lo que vamos siendo en el devenir histórico y experiencial de nuestras vidas conforme absorbemos mensajes sociales; por lo tanto, la identidad así entendida es un conceptodialéctico que no puede formularse de una manera única y establecida, sino que parte de coordenadas más o menos específicas para construirse en sentidos muchas veces bastante diferentes, a partir del momento concreto en el que se inscribe.
La identidad, así entendida, resulta de los postulados teóricos de Paul Ricœur y la distinción y relación simbiótica entre la ipseidad y la mismidad en el símismo, donde la ipseidad constituye la posibilidad de cambio en el sí mismo a partir de un núcleo de relación con el yo y con el otro que también soy yo; en cambio la mismidad se plantea como el proceso de ser uno y distinto al mismo tiempo, o a pesar de las diferencias seguir siendo, de alguna manera, el/la mismo/a.[3]
Obviamente, la definición de identidad que da Ricœur se maneja en las lindes...
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