resumen de los primero 10 capitulos de sueño de un callejero

I- SILENCIO.

Dicen que la luna sabe mucho dada su majestuosa posición sobre la tierra, que cuando ilumina las autopistas arranca pizcas de claridad al oscuro asfalto rociando de vida y elegancia a cuanto se mueve sobre las carreteras. Y entre las siluetas, carcomido por las sombras, reposa un muchacho, otro ser al que conviene mejor ignorar, no sea que demande compromiso social. Internado enese laberinto de sueños truncados, el mismo muchacho con un bote de pegamento para zapatos, popularmente apodado “pega”, deshace su peregrinar aspirando hasta lo que sus pulmones resistan, alimentando su mente con trozos de muerte. Allí, donde casi nadie prefiere dirigir u atención, en uno que otro espacio olvidado de la actividad urbana vemos la mancha, el lado oscuro del progreso, un“esquinero” opacando las construcciones; al pies del edificio, allá donde el farol no cubre reposa un cuerpo torturado por el sistema, un alma que ni el devoto predicador interesa presentar el plan de salvación. La flor, el pájaro, el paisaje, la estética soterran lo amargo vivido en las calles; y en toda la gama de lo que murmuramos, pocos se han dicho hasta hoy de la vida diaria, literatura práctica duramentesufrida por mis hermanos. Sin pasar a ser retrasados por métricas y rimas gente como el susodicho también sonríen, sienten y sueñan.Quizás con menos prejuicios que quienes vivimos para apuntalar la tradición.

El concreto de mi pueblo simultáneamente reviste los colores de gala y sabor a muerte. Mientras todo esto transcurre hay gente que no se rinde en su diaria lucha y actúa con la másincuestionable naturalidad, indomable ante los males endémicos ligados a la estructura social del país se va desfigurando, hasta perderse en recuerdos de ninguna memoria. La incomprensión se jacta frente aquel desvalido social que no parece disfrutar de su forzada opción. Duro asfalto e incontables baches reseñan interesantes biografías de no famosos que el historiador autorizado con sus acomodadosrelatos se ha dado el lujo de ignorar por no convenir a los intereses de los que diseñan las conexiones del tránsito en los centros urbanos y en cuyas entrañas se acumulan clandestinamente mil y más historias esperando para ser contadas. Así, el viejo intuía el futuro del sobrino que se perdía en los placeres de la vida licenciosa… Cayó uno, más todavía la necesidad insatisfecha y falta de abrigovagan por doquier cristalizados en sucios y demacrados rostros, buscando comprensión por las distintas rutas de San Salvador. Estas calles, esas y aquellas otras parecieran disfrutar viendo menguar la vida. Delitos, pecados protestas, malestar, sudor,… sangre provocan cuantas lágrimas en mi gente, pero pasan desapercibidos en algunos ámbitos de estas mismas avenidas que cual vértebras conectan larutina, de la gran ciudad.

Son precisamente las líneas de asfalto, todavía oliendo a intolerancia y pólvora las que resisten el peso de la diaria rutina y registran esos acontecimientos, guardándolos para sí en actitud imitadora del correr del agua lluvia hasta desaparecer en los drenajes. Así las calles desmemorian a diario cientos de viviendas de martirio.

Lo que sigue no es historieta decamino real, ni mucho menos elucubración estéticamente articulada en encarnación ficticia. Aunque suene extraída del surrealismo contiene escenas y guiones que las rígidas calles prefieren mantener en el anonimato.
“Saludemos la patria orgullosos de aun contra con el diario sustento, no como el heredero indio, que todavía revuelca en las calles”.

II. PRINCIPIO.

Con su paso inexorable, cualcazador en loca persecución del tiempo y luego de hacer devorado infinitas cantidades de segundos, el reloj hacía poco apuntó las tres de la madrugada de un día de enero. El año nuevo con sus nuevas resoluciones y perspectivas se erigía altivo, condenando a los viejos trescientos sesenta y cinco días a quedar soterrados por cada amanecer por venir. No solo ocurría él tránsito hacia la década...