CAPITULO 1- La sorpresa Al abrir la puerta de la gerencia, encristalada de vidrios japoneses, Erdosain quiso retroceder comprendi que estaba perdido, pero ya era tarde. El director de la azucarera (apodado por HYPERLINK http//www.taringa.net/tags/Erdosain Erdosain como cabeza de jabal), Gualdi (el contador) y el subgerente (hijo del director) le informan que descubrieron su robo. Tiene hasta elda siguiente para recomponer el dinero. Por la calle Chile, baj hasta Paseo Coln. Sentase invisiblemente acorralado. El sol descubra los asquerosos interiores de la calle en declive. Distintos pensamientos bullan en l, tan desemejantes, que el trabajo de clasificarlos le hubiera ocupado muchas horas. Ms tarde record que ni por un instante se le haba ocurrido preguntarse quin podra haberlodenunciado.- Estados de conciencia HYPERLINK http//www.taringa.net/tags/Erdosain Erdosain se reconoce como ladrn, no entiende que ha hecho con su vida. Saba que era un ladrn. Pero la categora en que se colocaba no le interesaba. Quiz la palabra ladrn no estuviera en consonancia con su estado interior. Exista otro sentimiento y se era el silencio circular entrado como un cilindro de acero en la masa desu crneo, de tal modo que lo dejaba sordo para todo aquello que no se relacionara con su desdicha. Este crculo de silencio y de tinieblas interrumpa la continuidad de sus ideas, de forma que Erdosain no poda asociar, con el declive de su razonamiento, su hogar llamado casa con una institucin designada con el nombre de crcel () Conoci horas muertas en las que hubiera podido cometer un delito decualquier naturaleza, sin que por ello tuviera la menor nocin de su responsabilidad. Lgicamente, un juez no hubiera entendido tal fenmeno. Pero l ya estaba vaco, era una cscara de hombre movida por el automatismo de la costumbre. Si continu trabajando en la Compaa Azucarera no fue para robar ms cantidades de dinero, sino porque esperaba un acontecimiento extraordinario -inmensamente extraordinario-que diera un giro inesperado a su vida y lo salvara de la catstrofe que vea acercarse a su puerta () como en los desenvolvimientos de las pelculas norteamericanas, donde el pordiosero de ayer es el jefe de una sociedad secreta de hoy, y la dactilgrafa aventurera una multimillonaria de incgnito () Esta atmsfera de sueo y de inquietud que lo haca circular a travs de los das como un sonmbulo, ladenominaba Erdosain, la zona de la angustia. En ese estado imagina como hubiera sido su vida en otras circunstancias. Concluye que los culpables del robo fueron los de la azucarera por tener una muy mala administracin. As, hubo das que llev de cuatro a cinco mil pesos, mientras l, malamente alimentado, tena que soportar la hediondez de una cartera de cuero falso en cuyo interior se amontonaba lafelicidad bajo la forma de billetes, cheques, giros y rdenes al portador. Su esposa le recriminaba las privaciones que cotidianamente soportaba l escuchaba en silencio sus reproches y luego, a solas, se deca -Qu es lo que puedo hacer yo Cuando tuvo la idea, cuando una pequeita idea lo cercior de que poda defraudar a sus patrones, experiment la alegra de un inventor. Robar Cmo no se le haba ocurrido antesY Erdosain se asombr de su incapacidad llegando hasta reprocharse falta de iniciativa, pues en esa poca (tres meses antes de los sucesos narrados) sufra necesidades de toda naturaleza, a pesar de que diariamente pasaban por sus manos crecidas cantidades de dinero. Y lo que facilit sus maniobras fraudulentas fue la falta de administracin que haba en la Compaa Azucarera. - El terror en la calleHYPERLINK http//www.taringa.net/tags/Erdosain Erdosain sigue imaginndose situaciones hipotticas para su vida (mantener una relacin con una doncella, volverse cafisho) y vuelve a preguntar que ha hecho con su vida. -Me ver una doncella, una nia alta, plida y concentrada, que por capricho maneje su Rolls-Royce. Pasear tristemente. De pronto me mira y comprende que yo ser el nico amor de toda la...
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