Resumen De Obra Travesuras De Una Niña Mala

El Perú es el lugar del comienzo de esta historia, en medio de un verano en el que el adolescente Ricardo Somocurcio, un joven perteneciente a la clase media alta de Lima. El muchacho vive en el barrio de Miraflores a cargo de su tía Alberta quien es su tutora desde la muerte de los padres de Ricardito.
I. Las Chilenitas
Aquel fue un verano "fabuloso". Llega la orquesta de Pérez Prado, elmambo se convierte en la moda del momento, pero sobre todo porque aparecen "las chilenitas", un par de hermanas llamadas Lily y Lucy que, con su gracioso acento y sus costumbres más liberales, causan sensación entre los muchachos del barrio. Pero la que le impacto a Ricardo y quedo prendido de su belleza era la menor de las hermanas Lily, (aunque parecía la mayor que su hermana) no solo le fascinosu forma de hablar si no que quedó impactado por la manera como ésta niña bailaba el ritmo que estaba de moda.
Quedó enamorado como un becerro, la forma más romántica de enamorarse, en ese verano inolvidable, le había pedido en tres oportunidades que sea su enamorada pero las tres veces fue rechazado, él le decía, me gusta todo de ti, tu forma de hablar, manera de caminar, tu forma de mirar, peorlo que más me gusta es tu manerita de hablar (era chistosa original, por su entonación, por du música, tan distintas a las peruanas).
Lily nunca me daba el sí, pero cierto, que salvo a esa formalidad, en todo lo demás parecíamos enamorados. Nos cogíamos las manos en las matinées y aunque no se puede decir que en las plateas tirábamos como otras parejas más antiguas. Lily dejaba besarla, en lasmejillas en el borde de la orejita, en la esquina de la boca, y, a veces, por un segundo juntaba sus labios con los míos y los apartaba como un mohín melodramático “no, no seas así, flaquito”.
Por aquel verano, me trompeé con Luquen, uno de mis mejores amigos. En una de esas reuniones que teníamos las chicas y los chicos del barrio en la esquina de Colon, Luquen haciéndose el gracioso, dijo depronto que las chilenitas eran unas huachafas, porque no eran rubias de verdad sino oxigenadas, y que, a mis espaldas, en Miraflores le habían comenzado a decirles las cucarachas. Le lancé un directo al mentón, que él esquivó, y fuimos a dirimir la diferencia a trompadas en el callejón del malecón.
Desde que tenía uso de razón soñaba vivir en París. Probablemente fue por culpa de mi papá, de esoslibros de Paul Féval, Julio Verne y otros tantos que me hizo leer antes de matarse en un accidente que me dejo huérfano. Esas novelas llenaron mi cabeza de aventuras y me convencieron de que en Francia la vida era más rica, más alegre, más hermosa y más todo que en cualquier otra parte. Por eso además de mis clases de inglés en el Instituto Peruano-Norteamericano, logre que mi tía Alberta mematriculara en la Alliance Francaise de la avenida Wilson, donde iba tres veces por semanas a aprender lengua de los franchutes, aunque me gustaba divertirme con mis cumpas del barrio, era bastante chancón, sacaba buenas y los idiomas me encantaban.
Ir a la tiendecita Blanca con Lily a tomar un helado y un pedazo de torta era una felicidad casi siempre empañada, ay, por la presencia de su hermana Lucy,con la que yo tenía que cargar también en todas las salidas. Ella tocaba violín sin la menor incomodidad, estropeándome el plan e impidiéndome conversar a solas con Lily y decirle todas esas cosas bonitas que yo soñaba con murmurarle en el oído. Pero cuando debido a la vecindad de Lucy, nuestra conversación debería evitar ciertos temas. “Yo no sé qué hago con ustedes, tocando violín” se excusabaLucy, a veces. Yo le mentía: “Que ocurrencia, estamos felices con tu compañía, ¿no, Lily?” Lily se reía como un diablito burlón en sus pupilas, y esa exclamación: “si, puuuu”
Las cosas que Lily contaba de Santiago era para mí un anticipo del cielo parisino. ¡Con qué envidia la escuchaba! Allá, a diferencia de acá no había pobres ni mendigos en la calle, a los chicos y a las chicas los papás...