Resumen Del 1 Cap Navajas En El Paladar
Allí al centro de los Portales
conocí a una mancha de muchachos
que sobreviven a las mentiras y al vicio
como ángeles caídos del séptimo cielo.
Yo era el profesor misteriopara ellos,
testigo del laburo bajo el sol a forro del verano
de una Ciudad de Lima a fin de siglo
cada vez más sucia, fascinante y escandalosa.
También fui testigo de las ruinas de la noche
pordonde empiezan a despuntar los aires del delirio.
Con algunos emprendimos el vuelo de ángeles
de piel dura y cuchillas en los labios
que me ofrecía generoso los ásperos bordes
de una urbedesconocida y extraviada.
las calles malolientes de Azángaro y los bares,
la Cachina —donde se vende hasta el alma—
y el arbolito del Paseo de los Héroes Navales
computé esta historia que no es otra
quelas páginas que algún día
leerán con vergüenza e indignación nuestros hijos.
Navajas paladar interiores.indd 15
Navajas en el paladar
Por el Parque de la Reserva y los huecos de La Parada,[15]
25/09/2007 9:18:58
Navajas en el paladar
[19]
Navajas paladar interiores.indd 19
25/09/2007 9:18:58
Navajas
Navajas paladar interiores.indd 20
25/09/2007 9:18:58Navajas
Navajas paladar interiores.indd 22
25/09/2007 9:18:59
No pasa nada
—Oe, cholo —gritó Chupijel—, ríete pa llevarme tu
diente.
Conejo, ayayero, festejó como un idiota. El aludido, unpoco más allá, daba pena. Parado frente
al fotógrafo ambulante del Paseo de los Héroes
Navales, con el fondo sucio del Palacio de Justicia,
más parecía una estatua abandonada a su perra
suerteque un provinciano sobrado en la capital.
—Lo cagaste al serrano —dijo Conejo, caminando
hacia la avenida.
—Por las puras se atarantó. Oe, ¿cuánto darán
por un diente de oro?
—Ta no sé —cruzanlos dos el Paseo de la
República, al trote y sin mirar—. Una vez me dieron en la Cachina quince lukas por una dentadura.
Tenía dos engastes de oro.
—Puta, qué buen maquinazo.
Navajas paladar...
Regístrate para leer el documento completo.