Resumen el mito de sisifo
Lo absurdo y el suicidio
No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no vale la pena de vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía.
Se trata de juegos; primeramente hay que responder.
Galileo, que defendía una verdad científica importante, abjuró de ella con la mayor facilidad del mundo, cuandopuso su vida en peligro. En cierto sentido, hizo bien.
Veo a otras que, paradójicamente, se hacen matar por las ideas o las ilusiones que les dan una razón para vivir (lo que se llama una razón para vivir es, al mismo tiempo, una excelente razón para morir). Opino, en consecuencia, que el sentido de la vida es la pregunta más apremiante.
Por el contrario, aquí se trata, para comenzar, de larelación entre el pensamiento individual y el suicidio. Un acto como éste se prepara en el silencio del corazón, lo mismo que una gran obra.
El gusano se halla en el corazón del hombre y en él hay que buscarlo.
Son explicaciones válidas.
Vivir, naturalmente, nunca es fácil.
¿Cuál es, pues, ese sentimiento incalculable que priva al espíritu del sueño necesario a la vida? Un mundo que se puedeexplicar incluso con malas razones es un mundo familiar. Pero, por el contrario, en un universo privado repentinamente de ilusiones y de luces, el hombre se siente extraño.
Tal divorcio entre el nombre y su vida, entre el actor y su decorado, es propiamente el sentimiento de lo absurdo.
El tema de este ensayo es, precisamente, esa relación entre lo absurdo y el suicidio, la medida exacta en que elsuicidio es una solución de lo absurdo.
La creencia en lo absurdo de la existencia debe gobernar, por lo tanto, su conducta.
Por el contrario, quienes se suicidan suelen estar con frecuencia seguros del sentido de la vida. Estas contradicciones son constantes.
No hay en ello motivo para burlas.
Ante estas contradicciones y estas oscuridades, ¿hay que creer, por lo tanto, que no existe relaciónalguna entre la opinión que se pueda tener de la vida y el acto que se realiza para abandonarla? No exageremos en este sentido. En el apego de un hombre a su vida hay algo más fuerte que todas las miserias del mundo. El juicio del cuerpo equivale al del espíritu y el cuerpo retrocede ante el aniquilamiento.
El juego constante consiste en eludir. La evasión típica, la evasión mortal que constituyeel tercer tema de este ensayo, es la esperanza: esperanza de otra vida que hay que "merecer", o engaño de quienes viven no para la vida misma, sino para alguna gran idea que la supera, la sublima, le da un sentido y la traiciona.
En verdad, no hay equivalencia forzosa alguna entre ambos juicios.
Hay que apartarlo todo e ir directamente al verdadero problema.
¿Lo Absurdo impone la muerte? Estees el problema al que hay que dar prioridad sobre los demás, al margen de todos los métodos de pensamiento y de los juegos del espíritu desinteresado.
Lo único que hace falta es el pensamiento injusto, es decir lógico. Esto no es fácil. Es fácil siempre ser lógico. Pero es casi imposible ser lógico hasta el fin. Los hombres que se matan siguen así hasta el final la pendiente de su sentimiento. Lareflexión sobre el suicidio me proporciona, por lo tanto, la ocasión para plantear el único problema que me interesa: ¿hay una lógica hasta la muerte? No puedo saberlo sino siguiendo, sin apasionamiento desordenado, a la sola luz de la evidencia, el razonamiento cuyo origen indico. Es lo que llamo un razonamiento absurdo.
Estos renunciaban entonces a lo más querido que poseían y que era su vida.La tenacidad y la clarividencia son espectadores privilegiados de ese juego inhumano en el que lo absurdo, la esperanza y la muerte intercambian sus réplicas.
Los muros absurdos
Los grandes sentimientos pasean consigo su universo, espléndido o miserable. Iluminan con su pasión un mundo exclusivo en el que vuelven a encontrar su clima. Hay un universo de la envidia, de la ambición, del...
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