RESUMEN EL TREN DE LOS ADOLESCENTES

“EL TREN DE LOS ADOLESCENTES”
(Guillermina Díaz y Rebeca Hillert)

CAPÍTULO 1
LA ESTACIÓN DE LA ADOLESCENCIA: DOLOR Y CAMBIO

En nuestra cultura, la adolescencia está significada como un tiempo de crecimiento, de tentativas no regladas, de búsquedas incesantes. Ese movimiento no se presenta de manera regular y continua: a los adolescentes, algunas cosas les quedan demasiado chicas y otrasdemasiado grandes.
En ese contexto se puede entender tanto la dificultad que los jóvenes tienen para encontrar un espacio propio, como la de los adultos para dar respuestas apropiadas frente a este momento de cambio. Esto genera dolor, malestar, que se expresa en diversas respuestas que van desde las inhibiciones más imposibilitantes hasta las actuaciones más descontroladas.

La estación de cambioRetomemos la noción de adolescencia como momento de pasaje. Hay sociedades donde ese pasaje está reglado. En estas sociedades, llamadas primitivas, el tránsito de la niñez a la vida adulta está ritualizado.
Si bien cada sociedad genera las condiciones singulares de su rito iniciático, hay ciertas características en los ritos que se repiten siempre. Ellas son:
Incidencia: La sociedad en su conjuntoparticipa en la ceremonia. El rito no sólo otorga un nuevo lugar al joven, sino que hace renacer a la comunidad toda.
Segregación-inclusión: Se separa al niño/a del ámbito familiar y se lo incluye en la comunidad en su conjunto. En algunas tribus el traslado de los niños hacia donde se realizará el rito de pasaje es un ejercicio de violencia: pueden se raptados o llevados por la fuerza.
Transmisión:Durante la ceremonia propiamente dicha siempre se transmite un oficio, el ejercicio de alguna actividad tanto a hombres como a mujeres; en cambio, si se trata de un saber, de un secreto o de una creencia de esa tribu, esto sólo será trasmitido a los varones.
Marca en el cuerpo: El iniciado sale del rito con una marca en el cuerpo, un labio, el lóbulo de la oreja o la nariz perforados, la extracciónde algún diente: es necesario que quede una marca visible en el cuerpo. Quienes la poseen están iniciados, por lo tanto se incluyen a partir de ese momento en calidad de adultos, mientras los que no la poseen todavía son niños. En esas comunidades, la categoría de adolescentes está ausente.
En sociedades como la nuestra, en cambio, el pasaje de la niñez a la vida adulta no está reglado. Es untiempo que cada uno transita como puede, con las marcas de los que lo rodean, del momento en el que le toca vivir, de la historia de su país, de la historia familiar, de su propia historia singular.
A partir de esto, se puede sostener la hipótesis de que la adolescencia presenta diversas formas de ceremoniales ritualizados. Por ejemplo, la fiesta de 15, el Bar Mitzvah, el viaje de estudios.
En elcaso del vals de los 15, simboliza la cesión que hace el padre de su hija a otros hombres.
En cuanto al viaje de estudios, crea las condiciones en las que el joven alejado del ámbito familiar se autoriza y es autorizado a tener sus primeras relaciones sexuales, a fantasear sobre su sexualidad en general o a probar nuevas experiencias.

Crecer duele
No hay cambio sin dolor. Eso se pone al descubiertoen el juego de violencia siempre presente en los ritos. Que las sociedades modernas no muestren ese ejercicio de violencia, no lo torna menos doloroso.
Con la llegada de la pubertad y el acceso a una nueva función, la reproducción sexuada, el joven comienza a transitar un período que desde el psicoanálisis se ha dado en llamar el segundo despertar sexual. En lo sexual, un nuevo objeto se presentaconvocando al deseo: es la inminencia del otro sexo.
Asimismo, con respecto al ideal también asistimos a otra pérdida: aquellas identificaciones que fueron eficaces para dar cuenta del perfil infantil caen y reclaman la aparición de nuevas identificaciones.
Es un tiempo de la vida donde se experimenta una radical discordancia entre la realización de las fantasías y la realización del acto...