Resumen gestalt
Iniciamos un recorrido delectura de obras trágicas y de teorías de la tragedia, impulsados por algunas preguntas. Nos despertaba curiosidad la motivación y el deseo que llevan a los autores de las diversas épocas históricas de occidente a reescribir una y otra vez las mismas narrativas fundamentales. ¿Qué es lo que cambia, y qué lo que permanece, a través de este incesante trabajo de reescritura? ¿Existe un núcleo designificación básico, que se mantiene invariante del Hipólitode Eurípides a la Fedrade Racine, o de Las Euménides de Esquilo a Las Moscasde Sartre? Más aún ¿se redefine la tragedia misma como género en cada una de estas reescrituras sucesivas? ¿Qué producciones dramáticas contemporáneas pueden considerarse como trágicas? ¿Es el psicoanálisis, como género narrativo, una de ellas? ¿Cómo dibujar los límitesentre la tragedia, la comedia, y los otros géneros? Y finalmente: ¿Qué hay de trágico en la experiencia analítica? Este escrito, sin embargo, se limita a discutir el último interrogante, a la luz de la interpretación de Antígona que Lacan ofrece en su Seminario VII, y la reciente y polémica interpretación y crítica del mismo por parte de Patrick Guyomard 1.
Los puntos polémicos son lossiguientes. Aunque hay muchos elementos que sostienen la lectura de Guyomard, no está tan claro que Antígona constituya para Lacan (como lo pretende Guyomard), el modelo o ideal de sujeto deseante. El texto de Lacan parece oscilar entre (por lo menos) dos posiciones. Por un lado, algunos párrafos sugieren que Lacan erige a Antígona en ideal ético, ideal del analista y del sujeto deseante en general. Porel otro, Lacan advierte en más de una ocasión que Antígona fascina porque vela lo que está más allá de ella misma, el punto de mira del deseo (un real no articulable). En este sentido, podría sostenerse a partir del texto de Lacan que un analista debería intentar ir más allá de Antígona. Lacan reconoce que la belleza de Antígona, la luminosidad de su figura en que tanto se insiste, no tiene quever con el brillo fálico ni con la claridad del deseo, sino con las llamas del mártir o del bonzo que se inmolan.
¿Cómo hay que leer Antígona? ¿Cómo hay que leer la lectura de Lacan de Antígona? Lo que guía a Antígona ¿es realmente el oro puro del deseo (nuevamente el brillo), o se trata más bien del fuego de una pasión, un deseo incestuoso (como insiste Guyomard)? A veces Lacan parece sugerirlo primero; en otros casos, dice que la belleza de “esa víctima tan terriblemente voluntaria” 2 y el verdadero sentido de la tragedia3, se desprenden de la posición de Antígona, quien está “entre dos muertes”. 4 Abordaremos estos interrogantes mediante una digresión. No va de suyo que al término “héroe” le siga el calificativo “trágico”. Los héroes no han nacido con la tragedia, sino mucho antes,con los mitos, y con la primer escritura de los mismos en la poesía épica. ¿Es el analista equiparable a un héroe trágico más que a un héroe épico? El mismo interrogante puede formularse con relación al analizante.
Para responder a estas preguntas, podemos recurrir a la teoría de la tragedia que, de Aristóteles en adelante, ha intentado ubicar los elementos estructurales que definen las...
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