Resumen. Peter Burke - El testimonio de las imagenes

BURKE, Peter, "Introducción. El testimonio de las imágenes", en Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico, Barcelona, 2005, pp 11-24
En la introducción al libro, Peter Burke destaca la importancia y necesidad del uso de la imagen por parte del historiador como un documento histórico anejo a los textos, pues ofrecen una información gráfica sobre la historia del hombre –nosólo de los hechos, sino de todo lo que los rodea: historia del cuerpo, de la cultura material, de la mentalidad, etc.– que en muchas ocasiones los textos no pueden ofrecer. Por otro lado, hay etapas históricas que necesariamente tienen que ser estudiadas a través de imágenes dado que no tenemos textos; es el caso de la Prehistoria, que no se podría entender sin las pinturas rupestres, o de laHistoria de Egipto, para la que son fundamentales las pinturas sepulcrales. Sin embargo, son pocos los historiadores que acuden a las imágenes como fuentes, y cuando se utilizan no se exprime todo su contenido sino que se tratan como meras ilustraciones de textos.
Aun así, el estudio de la imagen para reconstruir la Historia viene de antiguo –en el siglo XVII, por ejemplo, se estudiaron las catacumbas,y en el siglo XVIII se estudió el Tapiz de Bayeux–, y algunos historiadores han defendido el valor de las imágenes y fotografías como documento histórico. Algunos de ellos son Johan Huizinga, Aby Warburg, Gilberto Freyre, Robert Levise, Philippe Arlés o Raphael Samuel, quien usó la fotografía como documento de la historia social, para construir una historia desde abajo centrándose en la vidacotidiana y las experiencias de la gente sencilla. Los años 80 –marcados por un congreso sobre los testimonios del arte celebrado en 1985– fueron clave para madurar en la conciencia de la importancia de la imagen como documento histórico.
Como dijo un día Gustaaf Renier, convendría sustituir la idea de fuentes por la de vestigios del pasado, que incluiría manuscritos, libros impresos, fotografías,pinturas, estatuas, grabados, edificios, paisaje, etc. Por otro lado, el historiador no debería limitarse a usar las imágenes como testimonios, pues como dijeron Haskell y Bann la imagen permite imaginar la historia de un modo más vivo, es decir, estar frente a una imagen es estar frente a la historia, pues son un reflejo ocular del pasado. Sin embargo, como cualquier fuente histórica, las imágenestienen una serie de problemas y fragilidades. Son mudas y en ocasiones cuesta traducirlas a palabras, y por tanto son muy fácilmente tergiversables. Algunas son más fiables que otras; por ejemplo, los bocetos tomados directamente del natural son testimonios más fidedignos que las pinturas realizadas después en el estudio del artista. ¿Hasta qué punto y de qué modo ofrecen las imágenes un testimoniofiable del pasado? Para responder, debemos analizar los tipos.
Hay un sinfín de variedades de imágenes que pueden servir como testimonios históricos, y debemos tener en cuenta que a lo largo de la historia el tipo de imagen disponible ha cambiado. La producción de las imágenes se ha visto en dos ocasiones revolucionada: con la aparición de la imprenta (ss. XV-XVI) y de la fotografía (ss.XIX-XX). A raíz de estas dos grandes revoluciones la apariencia de las imágenes cambió –en las primeras fases de la xilografía y la fotografía, el blanco y negro de la imagen impresa sustituyó al color de las pinturas–; se dio un salto cuantitativo –fabricar y transportar las imágenes se hizo más fácil, de modo que éstas se pusieron al alcance de todos, de la gente sencilla–. La imprenta también facilitóla transmisión de ideas e imágenes, pues, como dijo Ivnis, el grabado es una imagen susceptible de ser repetida con toda exactitud. Por otro lado, el marxista Walter Benjamin sostiene que con la reproducción mecánica se pierde el valor de la singularidad de la imagen original en un mar de copias, teoría rebatida por Michael Camille.
Antes de analizar una imagen debemos analizar el objetivo...