resumen
A lo largo de la obra, Huinca va presentando distintas razones para valorar su marginalidad, una suerte de declaración de principios que explican y hacen una apología de su condición. Algo por lo que parte es por resaltar la importancia de la libertad y la dignidad de los seres humanos: “Nadie puée mandar más que uno en unomismo, si no somos na animales po: lo único que tenimos los pobletes es la vía. […] He sío libre toa la vía y no me voy a venir a echar pa atrás ahora” (Radrigán, 103). Huinca está al borde de la muerte producto de una cirrosis, por lo que el tomar alcohol puede resultarle fatal. Sin embargo, el discurso citado es el argumento que él da para seguir bebiendo, aún sabiendo que eso le conllevará auna muerte pronta. En el fondo, su enfermedad es una elección; si debe escoger entre la salud encerrada y la enfermedad libre, él opta por lo segundo, pues está haciendo algo que le gusta, que le produce placer, aunque eso le cueste el bienestar físico. Según sus principios, no valdría la pena para el ser humano estar sano si eso implica cortar su libertad de hacer las cosas que quiera hacer.Eva, la prostituta que acompaña a Huinca, aparece como la voz de las consideraciones que tiene la sociedad frente a los personajes marginados como ellos. Ella no se acepta como una persona rechazada por la sociedad, constantemente lo niega, como cuando Huinca se burla de ella al decirle: “voh no tenís lacho; ya te chutiaron hasta los rastrojos de cafiches que habían en la plaza” (Radrigán, 104), yella le responde “yo los he chutiao a toos: a mí no me bota nadie” (104). Es por esto que su concepción del ser marginal es, en principio, opuesta a la de Huinca, calificando a éste de “perro”, mientras él se compara con los pájaros (103). Ella tiene la concepción de su situación en función de los ojos de la sociedad, es decir, ve la marginalidad como algo producido por la cultura y el entornosocial, que aparta a todos aquellos que no parecen dignos de convivir dentro de sus cánones; en tanto que Huinca ve la marginalidad como la opción de apartarse de los vicios de esta sociedad que se cree con el derecho de echar de sus límites a personas como él o como Eva. Esta visión de la marginalidad se reafirma cuando señala que “aquí quean cuatro maneras de pasarlo bien y que la gente no se ríade voh: ser norteamericana, ser japonés, tener el billete; o ser como yo, libre de toas las cosas que amarran” (121). En el fondo, todas las opciones que ofrece la sociedad para ser parte de ella implican una renuncia a la libertad de alguna forma, y Huinca, que nació y creció en un ambiente de libertad plena ─primero viajando constantemente en el camión de su padre, y luego por opción propia,...
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