Retrato De Los Mil Rostros

Retrato de las mil caras

Era una mañana lluviosa en la ciudad capital, me aproximaba a la calle donde al fin seria otra persona si el destinoimplacable de la vida me lo permitía.
Hoy no tengo certeza del tiempo, no sé qué día es, no sé en qué mes estamos y mucho menos el año, empiezo asospechar que ni siquiera sé que soy ni como me llamo, ni cuantos años tengo, ni que hago ciertamente aquí, he tenido tantas identidades que nosirve de nada tener la certeza de todo en realidad próximo a nosotros.
Conjeturo que alguien me espera en aquella fatídica calle, nada es cierto enestos tiempos, lo único que se puede considerar completamente verdadero, son las mentiras que nuestro alrededor refleja, a eso es a lo único que hede aférrame.
Avanzaba por las húmedas aceras de ciudad capital, nadie levanta la vista, es por ello que de nuevo aquí estoy a salvo, los únicosrostros que me observan se caen a pedazos de las desgastadas paredes de los callejones sin salida donde he de encontrarme con mi suerte. . .
Derepente he llegado al final del camino y un sonido estruendoso resuena por toda la capital parisina, un disparo ha impactado en su objetivo, un blancofácil, tentador, un pequeño pedazo de humanidad, tan solo un suspiro de vida ha caído al suelo, y se levanta una vez más.
De todos modos ¿Qué máspuede sucederle a una persona que se encuentra ya ‘muerta’?



Fragmento tomado de la obra “Un suspiro parisino”
Autor: Diana Meléndez Zamora