Revista del Colegio
Antes de la modernidad, antes de la alta tecnología, existieron pueblos antiguo que construyeron y desafiaron a los arquitectos de la época, construyendo edificaciones
tales como o más que las actuales.
Antes de comenzar a hablar de las antiguas maravillas, contaré una curiosidad sobre el origen de la denominación “maravilla”, ya que esto fue un error de
traducción en griego, sería más correcto decir “cosa que admirar”, pero quedaba
mejor con la palabra maravilla. La gran pirámide de Giza, de la que hablé en el anterior número, construida en la
cuarta dinastía.
Los jardines colgantes de Babilonia ordenado construir por Nabucodonosor II. A las orillas del Éufrates, donde se erguía por la montaña un
gigantesco jardín regado con el agua de ese río.
El templo de Artemisa en Éfeso, Turquía. Construida por el rey Creso de Lidia, tardó
en ser terminada 120 años. La estatua de Zeus en Olimpia esculpida por Fidias en el
año 436 a.c.
La tumba del rey persa Mausolo en Halicarnaso en el año 353 a.c. construida por
arquitectos griegos, Sátiro de Paros y Piteo. El coloso de Rodas en honor al dios griego Helios, dios del viento, en el año 292 a.c.
Y por último el faro de Alejandría erigido por la dinastía de los Ptolomeos, dinastía a la cual perteneció Cleopatra, la última faraona del antiguo egipto, ya que después
vinieron los romanos.
Por mala suerte muchas de esas grandes maravillas están destruidas actualmente, ya que el paso del tiempo ha hecho estragos en ellas. La estatua de Zeus se cree
que en el pasado se transportó a Estambul donde se incendió. El coloso de Rodas, a los escasos 50 años de su construcción, a causa de un terremoto se destruyó.
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