Revolucion Industrial
antoine van agtmaeL
Desde sus fastuosas oficinas en Nueva York y Tokio, destacados empresarios aún cobijan la idea de que sus diseños, tecnologías y marcas no tienen parangón. Esto es cada vez menos cierto. En industrias que van desde acero y cemento hasta electrónica y automóviles, algunas empresas del Tercer Mundo están a punto de adelantarse a sus rivales deOccidente.
POR UNOS MINUTOS tenía el fu turo a mi alcance. El teléfono celular en la palma de mi mano hacía que un BlackBerry luciera como el primer Ford, aquel modelo T. En su pantalla de color veía a la persona con quien conversaba. Cabía perfectamente en mi bolsillo, podía enterarme del tránsito en la zona y las últimas noticias en la televisión y hasta participar en un juego interactivo de un continente a otro. Lo de menos era el acceso al correo electrónico e Internet, así como bajar música y ver videoclips. Nada de esto sería de extrañar, de no ser por ellugar donde me encon traba. No estaba en California, en las oficinas de Apple en Cupertino, ni en la sede de Nokia en las afueras de Hel sinki. Era enero de 2005 y me encon traba en Taiwán, en el laboratorio de investigación de la High Tech Compu ter Corporation (HTC). Esta innova dora empresataiwanesa, que emplea a 1.100 ingenieros de investigación, in ventó el organizador de bolsillo iPAQ (vendido luego a HewlettPackard) y desarrolló una serie de avanzados te léfonos de mano para empresas como Palm, Verizon y Vodafone. Ingenieros ambiciosos, jóvenes e inteligentes merodeaban por doquier. Representaban la crema de la cosecha de las universi dades de Taiwán y contaban, en algu nos casos, con años de experiencia en empresas internacionales. Trabajaban duro probando de todo: desde la ca lidad del sonido en un avanzado estu dio acústico hasta laresistencia de ma teriales sintéticos recién elaborados.
7 DEBATES IESA
Lo que me mostraban no era sólo el prototipo de algún nuevo ins trumento telefónico inteligente, sino el prototipo de un nuevo modelo de empresa: global, hábil y, lo más impor tante, muy adelantada a sus competidoras más cercanas en Europa y Esta dos Unidos. Mi experiencia en Taiwán no era tan inusual. De Asia a América Latina hay empresas que muchos aún perciben como fabricantes tercermun distas de baratijas electrónicas, o pro ductoras de materias primas, pero que están emergiendo comocompañías competitivas capaces de alcanzar el estatus de clase mundial. Hace apenas una década, la atención de la comu nidad empresarial internacional se enfocaba hacia una nueva economía, sustentada por empresas de tecnología avanzada en Tokio y California. Pero la dinámicaglobal actual es tal que la próxima Microsoft o General Electric surgirá probablemente —antes que en Estados Unidos, Europa o Japón— en las «nuevas economías» de Asia, Amé rica Latina o Europa Oriental. Hoy los países con mercados emergentes representan el 85 por ciento de la...
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