revolucion industrial

Al despertarme me levanté. Por el sol puedo decir que apenas son las seis. Me puse mi vestido, es color rosa viejo, largo y apretado arriba, suelto abajo. Desperté a mi esposa e hijos paracomer e ir al trabajo.
Corté las peras, manzanas y bananas y las serví equitativamente acompañadas de pan y agua. Me despedí de los niños y mi esposo llena de preocupación. Todos trabajabanen las minas, nunca se sabe cuando se puede morir. Nunca se si al llegar a casa ellos van a estar ahí, mantengo la fé en que estén a salvo.
Me apresuré hasta alcanzar el tren para ir adonde la Reina Elizabeth, hoy nos tocaba hacerle 3 vestidos de fiesta a tiempo.
Me reuní con todas y sin perder el tiempo tomé la cinta para tomar sus medidas, las pasé a los moldes y recorté latela para pasarsela a Marie a que la cosa. Agregamos los detalles que nos había indicado y ajustamos la tela una y otra vez hasta que quedó perfecto. Es el mejor vestido que hemos echo y senota que a la Reina le encanta. Es de una tela color azul sedosa y brillante, se ajusta al cuerpo y cae en linea recta hacia abajo al final, encaje adornaba las mangas. Hicimos 3 más.Agotada volví a casa, no sabía porqué pero tenía una sensación rara, como si algo no fuera a estar bien. Me senté nerviosa, estaba tan viejo y roto que casi se cae, no le di importancia.
Escuchéla puerta abrirse y me paré, mi esposo venía con algo cubierto de una tela gruesa, uno de mis hijos venía a su lado cabizbajo y asustado. Faltaba uno.
-¿Donde esta Robert? -Quitó un poco dela manta y dejó al descubierto su cabello.
-Los gases de la mina lo mataron. No pude hacer nada. -Lloré y lo tomé. Todos estabamos llorando. Me encantaría poder hacer justicia de todo esto,pero es algo que no puedo permitirme.
Con todos mis pocos ahorros logré comprar un ataud muy barato y lo enterré en el, deseando que alguien, algún día, hiciera justicia por todo esto.