Revolucion Rusa
Páginas: 178 (44349 palabras)
Publicado: 16 de diciembre de 2012
LA REVOLUCION RUSA DE 1917 Y LA GENESIS DEL STALINISMO
(A) INTRODUCCION
Si con algún otro acontecimiento histórico pudiera ser comparada la magnitud de la Revolución Rusa éste sería sin duda la Revolución Francesa. Si entre 1789 y 1799 el Antiguo Régimen vio tambalearse sus cimientos como nunca hubiera imaginado, la toma del poder por los bolcheviques en 1917 estremeció al mundoburgués por un plazo muy superior a los diez días de que hablara John Reed, cronista y parte de los soviets insurgentes. Parecía que por fin el cuarto estado, el proletariado moderno de Marx y Engels, irrumpía en la escena con sus propias reivindicaciones, su plena independencia como clase, su conciencia autónoma y su odio desatado contra todo lo existente.
La realidad, sin embargo, se ha reveladomucho más compleja y difícilmente puede encuadrarse en los estrechos márgenes de la historiografía soviética posterior. El «socialismo real», el comunismo, como experiencia histórica surgida en 1917 y cristalizada en el modelo stalinista, ha fracasado estrepitosamente. Ni ha alumbrado una sociedad más libre ni ha liberado al género humano de las cadenas del trabajo y la necesidad económica. Tras eldesmoronamiento de los países denominados socialistas parecemos asistir a una especie de «restauración capitalista» que amenaza con dar por extinguidos los resultados de más de un siglo de lucha obrera. Como circulaba en uno de los chistes más celebrados de las «democracias populares» daría la impresión de que «el socialismo es la fase de transición entre el capitalismo y el capitalismo». A lavista de los avatares por los que atraviesa el modelo socialdemócrata occidental el fenómeno no parece limitarse a la crisis terminal del comunismo, sino que se extiende, de otro modo sin duda, al resto de las manifestaciones políticas de la izquierda. El «fin de la historia» ha sido anunciado gozosamente desde postulados neohegelianos por Fukuyama. La democracia liberal y el modelo capitalista, loque en la jerga de la clase política norteamericana se denomina «democracia de mercado», sin separación conceptual alguna entre ambos términos, se habría revelado como el estadio definitivo de la historia humana. Cabría perfeccionar el sistema, ciertamente, podrán aparecer convulsiones nacionalistas o de otro tipo, pero la evolución histórica como tal, la sucesión de estadios espirituales (Hegel) ode modos de producción (Marx), habría completado su ciclo. La transición entre formaciones sociales desaparece de la historia presente y futura. No existirá jamas el tránsito marxista del reino de la necesidad al reino de la libertad.
«Para Hegel la libertad humana se materializa en el moderno Estado constitucional o, de nuevo, en lo que llamamos democracia liberal. La historia universal dela humanidad no es otra cosa que la gradual elevación del hombre a la plena racionalidad y a la percepción de cómo esta racionalidad se expresa en el autogobierno liberal.(.../...)Las sociedades gozan de un grado de
libertad en la medida que regulan y planifican las economías capitalistas.» (Fukuyama,F. El fin de la Historia y el último hombre. Planeta. Barcelona. 1992).
No parece queeste punto de vista sea el más apropiado como corolario póstumo del comunismo soviético. Tan alejadas de una visión objetiva de la historia se encuentran las posiciones apologéticas de una realidad socialista traicionada por agentes del imperialismo y de una revolución rusa idealizada, necesaria e inevitable, como aquellas que dan por caducados e inmersos en el error dos siglos de Historia quedesembocan en el Octubre Rojo. Trataremos en la siguiente exposición de mantener la objetividad (que no imparcialidad), alejándonos de posiciones simplistas o meramente descriptivas, y contemplando los hechos en clave de «desarrollos históricos» que hunden sus raíces en contradicciones reales. A fin de cuentas resultaría ingenuo que un movimiento social como el protagonizado por la clase obrera desde...
(A) INTRODUCCION
Si con algún otro acontecimiento histórico pudiera ser comparada la magnitud de la Revolución Rusa éste sería sin duda la Revolución Francesa. Si entre 1789 y 1799 el Antiguo Régimen vio tambalearse sus cimientos como nunca hubiera imaginado, la toma del poder por los bolcheviques en 1917 estremeció al mundoburgués por un plazo muy superior a los diez días de que hablara John Reed, cronista y parte de los soviets insurgentes. Parecía que por fin el cuarto estado, el proletariado moderno de Marx y Engels, irrumpía en la escena con sus propias reivindicaciones, su plena independencia como clase, su conciencia autónoma y su odio desatado contra todo lo existente.
La realidad, sin embargo, se ha reveladomucho más compleja y difícilmente puede encuadrarse en los estrechos márgenes de la historiografía soviética posterior. El «socialismo real», el comunismo, como experiencia histórica surgida en 1917 y cristalizada en el modelo stalinista, ha fracasado estrepitosamente. Ni ha alumbrado una sociedad más libre ni ha liberado al género humano de las cadenas del trabajo y la necesidad económica. Tras eldesmoronamiento de los países denominados socialistas parecemos asistir a una especie de «restauración capitalista» que amenaza con dar por extinguidos los resultados de más de un siglo de lucha obrera. Como circulaba en uno de los chistes más celebrados de las «democracias populares» daría la impresión de que «el socialismo es la fase de transición entre el capitalismo y el capitalismo». A lavista de los avatares por los que atraviesa el modelo socialdemócrata occidental el fenómeno no parece limitarse a la crisis terminal del comunismo, sino que se extiende, de otro modo sin duda, al resto de las manifestaciones políticas de la izquierda. El «fin de la historia» ha sido anunciado gozosamente desde postulados neohegelianos por Fukuyama. La democracia liberal y el modelo capitalista, loque en la jerga de la clase política norteamericana se denomina «democracia de mercado», sin separación conceptual alguna entre ambos términos, se habría revelado como el estadio definitivo de la historia humana. Cabría perfeccionar el sistema, ciertamente, podrán aparecer convulsiones nacionalistas o de otro tipo, pero la evolución histórica como tal, la sucesión de estadios espirituales (Hegel) ode modos de producción (Marx), habría completado su ciclo. La transición entre formaciones sociales desaparece de la historia presente y futura. No existirá jamas el tránsito marxista del reino de la necesidad al reino de la libertad.
«Para Hegel la libertad humana se materializa en el moderno Estado constitucional o, de nuevo, en lo que llamamos democracia liberal. La historia universal dela humanidad no es otra cosa que la gradual elevación del hombre a la plena racionalidad y a la percepción de cómo esta racionalidad se expresa en el autogobierno liberal.(.../...)Las sociedades gozan de un grado de
libertad en la medida que regulan y planifican las economías capitalistas.» (Fukuyama,F. El fin de la Historia y el último hombre. Planeta. Barcelona. 1992).
No parece queeste punto de vista sea el más apropiado como corolario póstumo del comunismo soviético. Tan alejadas de una visión objetiva de la historia se encuentran las posiciones apologéticas de una realidad socialista traicionada por agentes del imperialismo y de una revolución rusa idealizada, necesaria e inevitable, como aquellas que dan por caducados e inmersos en el error dos siglos de Historia quedesembocan en el Octubre Rojo. Trataremos en la siguiente exposición de mantener la objetividad (que no imparcialidad), alejándonos de posiciones simplistas o meramente descriptivas, y contemplando los hechos en clave de «desarrollos históricos» que hunden sus raíces en contradicciones reales. A fin de cuentas resultaría ingenuo que un movimiento social como el protagonizado por la clase obrera desde...
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