Revolucion
Durante el periodo del terror, en la revolución francesa, un reo de buen humor dijo una vez: la cárcel es un vestido de piedra; pues bien; amigos míos, yo acabo de quitarme uno de esos vestidos, y heme aquí entre vosotros una vez más después de uno de mis acostumbrados viajes al presidio. Me despedí de vosotros como hermano, y como hermano vuelvo a vuestro lado; revolucionario medespedí, y revolucionario vengo; soy el mismo rebelde, y como rebelde os hablo.
Escuchad:
Este mitin tiene por objeto explicar que el movimiento mexicano es una verdadera revolución social.
Unos cuantos hombres en América, y otros cuantos hombres en Europa, se han impuesto la tarea, nada envidiable ciertamente, de arrojar dudas sobre el carácter del movimiento mexicano, con el fin de que no sepreste al Partido Liberal Mexicano el apoyo moral y material que necesita para llevar a buen término su obra de encauzamiento de la revolución por medio de la palabra, del escrito o del acto.
Movidos por no sé qué baja pasión, esos hombres que se jactan de ser revolucionarios, propalan, jesuíticamente, unos ? porque son cobardes ? y francamente otros ? porque son cínicos -, que el movimiento mexicanono tiene carácter social, y que es simplemente un movimiento de caudillos que ambicionan el poder, como lo han sido la mayor parte de los movimientos armados que han tenido por escenario la América latina, desde la independencia de sus Estados hasta nuestros días.
Y bien: esta es, compañeros, una mentira, una vil y cobarde mentira que no sé porque no quema los malditos labios que la arrojan.
Larevolución social existe en México, allí vive, allí alienta, allí arde con todos sus horrores y todas sus excelsitudes, porque las revoluciones tienen resplandores de infierno y aureolas de gloria; porque las revoluciones son azote y son beso, lastiman y acarician: son el amor y el odio en conflicto; son la justicia y la arbitrariedad librando el formidable combate del que resultará muerta una delas dos, y del cadáver nacerá la tiranía, si la justicia es vencida, o la libertad, al resultar victoriosa.
La revolución mexicana no es el resultado del choque de las ambiciones de caudillos que aspiren a la presidencia de la República; la revolución mexicana no es Villa, no es Carranza, ni Vázquez Gómez, ni Félix Díaz: estos hombres son la espuma que la ebullición arroja a la superficie.Podéis quitar esa espuma, y subirá otra nueva; y si repetís la operación, nuevas espumas subirán hasta que el contenido del crisol quede libre de impurezas. Esta es la revolución mexicana.
La revolución mexicana no se incubó en los bufetes de los abogados, ni en las oficinas de los banqueros, ni en los cuarteles del ejército; la revolución mexicana tuvo su cuna donde la humanidad sufre, en esosdepósitos de dolor que se llaman fábricas, en esos abismos de torturas que se llaman minas, en esos ergástulos sombríos que se llaman talleres, en esos presidios que se llaman haciendas.
La revolución mexicana no salió de los palacios de los ricos ni alentó en los pechos cubiertos de seda de los señores de la burguesía, sino que brotó de los jacales y ardió en los pechos curtidos por la intemperie de loshijos del pueblo.
Fue en los campos, en las minas, en las fábricas, en los talleres, en los presidios, en todos los sombríos lugares en que la humanidad sufre, donde el hombre y la mujer, el anciano y el niño tienen que sufrir la brutalidad del amo y la injusticia del gobierno, donde alentó la revolución mexicana durante siglos y siglos de humillaciones, de miserias y de tiranías.
El periodo deincubación de la revolución mexicana comienza desde que el primer conquistador arrebató al indio la tierra que cultivaba, el bosque que le surtía de leña y de carne fresca, el agua con que regaba sus sembrados; continuó desarrollándose en esa noche de tres siglos llamada época colonial, en que los ijares del mexicano chorrearon sangre castigados por la espuela del encomendero, del fraile y...
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