Revolución, palabra enardecida. poesía

¡REVOLUCIÓN!, PALABRA ENARDECIDA¡Revolución!, ¡palabra enardecida,a tu mención despiertan las conciencias;yo te convoco en mi fervor ahora,¡ otórganos la luzde la impaciencia!Madero es hombre recto y generosoque insiste en defender las garantías,recorre la nación buscando el votopara imponerse al dictador PorfirioDíaz.Pero en un juego sucio de las urnasresulta el prócer perdedor del duelo,por lo que el cruel tirano lo conminaa ocupar una celda prisionero.Huye el apóstol de lademocraciahasta encontrar asilo en la fronteray desde Texas suscribe un plan de luchapara impedir que su legado muera.Escrito está que el 20 de noviembrese deninicio a los actos de repudio,ya con el triunfo de su convocatoriael pueblo nuestro se cubrió de orgullo.¡Revolución!, ¡palabra enardecida,a tu mencióndespiertan las conciencias;yo te convoco en mi fervor ahora,¡ otórganos la luz de la impaciencia!De entre todos los hombres esforzadosque ofrendaron a esta causa lavidadestacan, Pancho Villa por un ladoy Emiliano Zapata en la otra orilla.El primero se abrió paso en el norte,librando vencedor muchas batallas;nunca lo abandonó enaquel empeñola fe nacida del brío de sus agallas.Zapata siempre fue fiel a la tierra,su lema era justicia al campesino;jamás se doblegó ni ante la balani frentea los reversos del destino.¡Revolución!, ¡palabra enardecida,a tu mención despiertan las conciencias;yo te convoco en mi fervor ahora,¡ otórganos la luz de laimpaciencia!Anegan ríos de sangre derramadaque se conjugan con lágrimas vertidas,y a tantos años de la dura jornada¡Aún permanecen abiertas las heridas! |