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El tema de la contaminación del agua es tan vigente que emergió en los primeros diagnósticos ambientales como un derecho humano en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esto seevidencia en el reconocimiento del agua potable limpia, segura y saneamiento. Y tampoco es un objeto de atención de las décadas recientes, pues los ríos, lagos y mares recogen, desde tiemposinmemoriales, los desechos producidos por la actividad humana.
En el mundo desarrollado, la regulación ha restringido el vertido de contaminantes a la industria y a los procesos agrícolas en los lagos,arroyos y ríos. La tecnología también ha ofrecido soluciones como costosas filtraciones y plantas de tratamiento que convierten nuestra agua potable en agua para su consumo saludable. Algunas ciudadesestán promoviendo la infraestructura “verde”, como son tejados verdes y jardines de lluvia, como maneras de filtrar la contaminación de manera natural. Pero podemos observar otra realidad en partes delmundo subdesarrollado, donde hay menos infraestructura política, económica y técnica para tratar con el aluvión de amenazas contaminantes para el agua dulce y todas las especies que dependen de ella.Además de la contaminación sintética, el agua dulce también es el punto final de nuestros desperdicios biológicos, en forma de aguas residuales, excrementos animales, y agua de lluvia mezclada confertilizantes ricos en nutrientes provenientes de jardines y granjas. Esos nutrientes se abren camino a través de los ríos hacia los mares, en ocasiones creando zonas sin oxígeno y por ello sin vida en laszonas costeras de los océanos, y causando que la conexión entre tierra y mar sea dolorosamente obvia.
Mientras la tecnología mejora, los científicos son capaces de detectar más elementoscontaminantes, y en cantidades más pequeñas, en los depósitos de agua dulce de la Tierra. Nuestros lagos, ríos, arroyos y depósitos subterráneos contienen a menudo un coctel químico que incluye desde píldoras...
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