River Almeyda
Este pseudo proyecto hilarante que se inició con el estafador José María Aguilar y su bribón amigo Mario Israel, ha llegado a su tramo final.
Passarellase ha ocupado, como Galtieri, de terminar de aniquilar todas las esperanzas de los timadores de la última década infame.
Amigos riverplatenses, la suma de todos los males está tocando su fin.
Estefin de semana fue y será el comienzo del fin. Desde lo político nos hemos sentado a presenciar las maquinaciones perversas de estos seres mentirosos que son capaces de mentirse en la cara entre ellosmismos, sobre la llegada o no de un papelito de habilitación de un jugador o más increíblemente, la supuesta llegada de un ex jugador muy amigo del hijo del entrenador para jugar a la pelota en nuestroclub, profesión que abandono por lesión hace mucho tiempo, cuando el mismo entrenador y su mismo hijo, se agarraban a trompadas con el plantel en pleno del Bajo Flores.
Desde lo deportivo, miscompañeros, si ustedes interpretan que esto que vimos en Mendoza no es el final, entonces la B Nacional no fue suficiente castigo para los cómplices de la debacle.
Por favor no se trastornen los locosfanáticos de Ramón Díaz, porque ya a esta altura, el entrenador dominado por las fuerzas oscuras del Emperador Emiliano, comete tantos errores conceptuales como su reemplazado, el capitán del descenso.River no juega a nada. A nada de nada. Se agrupa alrededor de su arquero como si fuera Loma Negra de Olavarría en el Nacional 81. Tiene un delantero centro que si no baja a posición de enganche no tocala pelota ni en un calentamiento. Tiene un volante central que juega de cualquier cosa con tal de congraciarse con un técnico que ya lo abandono a su suerte; no jugamos a nada porque nuestro enganchetiene menos jerarquía que Sixto Peralta, y porque acompañado por un media punta sin gol es difícil esperanzarse con conseguir ganar.
No jugamos a nada porque el entrenador se empeña en sostener...
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