ROBERTO CARDOSO DE OLIVEIRA – EL TRABAJO DEL ANTROPOLOGO: MRAR, ESCUCHAR Y ESCRIBIR
Tal vez la primera experiencia delinvestigador de campo sea la domesticación teorica de su mirada ( entrenamiento para trabajar, va consumando una mirada, tiene pecualidades que son del cotidiano)
La obtención de explicaciones,dadas por los propios miembros de la comunidad investigada, permitiera llegar a aquello que los antropólogos llaman el “modelo nativo”, la materia prima para el entendimiento antropológico. Talesexplicaciones nativas solo podrían ser obtenidas por medio de la “entrevista” pero para eso hay que saber escuchar.La mayor dificultad esta en las diferencias entre “idiomas culturales”.e el acto deesuchar al “informante” el etnólogo ejerce un “poder” extraordinario sobre el mismo, aunque el pretenda posicionarse como el observador mas neutral posible. Las preguntas, formuladas por una autoridad quebuscar respuestas puntuales crean un campo ilusorio de interaccion. En rogor, no hay verdadera interaccion entre el nativo y el investigador, ya que en la utilización de aquel como informante eletnólogo no crea condiciones de efectivo “dialogo”. Mientras que transformando al informante en “interlocutor” una nuevas relación puede tener lugar.intercambiando ideas e informacion, etnógrafo y nativo,ambos interlocutores igualmente constituidos, se abren a un dialogo en todo y por todo superior a la antigua relación investigador/informante. El escuchar gana en calidad y transforma la relación enuna verdadera interacion. Tal interaccion desarrolla aquello que los antropólogos llaman la “observación participante” lo que quiere decir que el investigador asume un papel perfectamente asimilable...
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