Robo electoral
Durante todo un domingo, en el Hogar Zacarías Guerra, el MRScapacitó a los que serían fiscales del PLI en Managua, entre ellos estaban los del Centro de Votación del Colegio Teresiano, en el cual me inscribieron inicialmente como fiscal suplente. La capacitación se hizo siguiendo el manual –Paso a Paso- publicado por el Consejo Supremo Electoral (CSE) y los reglamentos que establece la Ley electoral.
Semanas antes de la votación, el CSE anunció que noacreditaría a ninguna de las personas que la alianza PLI-MRS suscribió como miembros de las Juntas Receptoras de Votos (JRV), según la cuota que legalmente le correspondía. Dada esa situación, la única representación que le quedaba a la Alianza en los comicios éramos nosotros, los fiscales. Tres días antes de la votación, todavía el Consejo no había entregado nuestras respectivas credenciales, asíque estábamos todos, en los distintos departamentos del país, a la expectativa.
El viernes por la tarde, la Alianza recibió las credenciales que hacían falta y el sábado a primera hora me avisaron que a las dos de la tarde me entregarían mi credencial para que fuera a las cinco de la tarde a recibir el material electoral en la JRV 2860. Además, me notificaron que había habido un cambio, el Consejome inscribió –al parecer por error- como fiscal propietaria y para mi mala suerte, me dejó sin fiscal suplente. Eso quería decir que me tocaría una jornada de corrido, de cinco de la mañana hasta pasada la media noche.
Con esta noticia empezaron a aflorar mis miedos y mis interrogantes. ¿Por qué estaba pasando esto? ¿Cómo haría para mantenerme despierta, atenta, lucida y con energía hasta elfinal? En ese momento, lo único que me quedaba era confiar en que lograría hacer bien mi trabajo; ya había asumido el compromiso y no me quería echar para atrás, así que me tocaba sostenerme en pie hasta las últimas consecuencias.
Seguí las instrucciones, y fui por la tarde al Colegio Teresiano junto con los otros dos fiscales que fueron acreditados y los tres que -aún no entendemos por qué- nofueron acreditados. Me vestí sencilla, un jeans y una cotona. No porté nada de valor temiendo que pudiera llamar la atención. El ambiente en las instalaciones era tenso. Habían más de treinta personas esperando, sentadas donde podían, agrupadas por organización y observándonos con atención.
Llegada la hora, entraron las camionetas del CSE con el personal que llevaba el material. Se hizo un revueloentre los presentes. El coordinador del CSE de ese Centro de Votación (229) se presentó y organizó nuestra entrada a los tres salones que acogerían las JRV. Primero ingresó la 2880, donde el PLI no tendría a ningún representante durante la votación. Luego pasó la 2861, donde trabajarían mis jóvenes colegas, Berta como fiscal propietaria y Andrés como fiscal suplente. La última fue la mía, la 2860,que se alojó en un aula de 5to grado en la que monjas teresianas suelen enseñar matemáticas a unos 30 niños.
De los cinco fiscales que deberíamos haber estado en mi Junta, sólo estábamos tres (ALN, FSLN y PLI). A diferencia de los otros dos fiscales, fui la única que entró al lugar portando su credencial, como lo indica la norma. El coordinador del CSE, un señor de unos cincuenta y pico de...
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