Roca
Política Latinoamericana
Roca, Eva Perón, Billete
A veces los juegos malabares con los personajes del pasado disimulan el temor de pasar de lo simbólico a lo concreto en el tiempo presente.
En una nota aparecida el 8/12/10 en esta misma columna ( Defenestrar a Roca, una moda peligrosa) nos explayamos sobre la figura del jefe de laCampaña del Desierto y salvador de la unidad nacional gracias a la supresión de la revuelta porteña de 1880. No vamos a volver sobre esos temas. Dirigimos en todo caso al lector interesado al artículo de referencia. Pero sí hemos de hacer hincapié en el hecho de que el temor que poníamos de manifiesto en esa ocasión -el del riesgo que suponía abolir, desfigurar o minimizar la proyección de esepersonaje-, hoy está se está expresando en hechos que implican su concreción. La eliminación de la efigie de Roca de los billetes de cien pesos es uno de ellos.
No debería hacer falta que aclaremos que la presencia de Eva Perón en el billete no es cosa que nos moleste. Todo lo contrario. Pero como para no pocos cultores del verticalismo perinde ac cadaver una puntualización crítica acerca del modoen que se tomó la medida puede equivaler a un acto de traición, señalemos que la presencia de Evita en un billete de alta nominación es una reparación histórica y una manera de elevar a una de las figuras más importantes y señeras de la historia contemporánea argentina al grado de reconocimiento que se merece.
Ahora bien, una cosa no quita la otra. Exaltar a Eva Perón –de fugaz, trágica eintensísima trayectoria en un período clave de nuestro siglo XX- no debería implicar un oscurecimiento o un hipócrita mutis por el foro de un político y militar que se encontró entre los que más pesaron en la historia argentina y en cuyas manos estuvo la resolución, positiva, de los dos problemas clave que determinaban la suerte de nuestro país en el momento de su organización definitiva: laconsolidación de sus fronteras y el corte del nudo gordiano que implicaba una Buenos Aires que había aplastado al país interior y aspiraba a seguir administrando las rentas del Puerto aun al precio de escindirse bajo la forma de una provincia-nación. La nacionalización de Buenos Aires convirtiéndola en Capital Federal llegó un poco tarde, pues la burguesía comercial portuaria y la clase terrateniente yahabían determinado, durante el ciclo de las guerras civiles, la configuración del país como una entidad basada exclusivamente en el comercio externo y, como lógico colofón, la dependencia del imperialismo británico; pero es un hecho que la resolución de Roca de acabar con la insurgencia de Tejedor terminó con la interminable discordia y puso las cosas en su lugar en la medida en que ello aun eraposible. Así como también fue su visión geoestratégica la que llenó los contornos del país, impidiendo que la Patagonia fuese chilena o quizá británica, y la que frenó, con la ocupación del Chaco, las aspiraciones brasileñas a derramarse sobre esa porción del territorio nacional. Sin hablar del importante papel que le cupo en la modernización del Estado y en la difusión de la educación pública. Suposterior transigencia con la oligarquía fue fruto de las circunstancias: el país estaba hecho y Roca maniobró con astucia para seguir manteniendo al Partido Autonomista como fuerza dominante en la política nacional; pero el desdibujamiento de su rol nacional no excluyó la simpatía hacia Hipólito Yrigoyen, quien se la retribuyó no montándole ningún golpe durante su segunda presidencia. Estodemuestra que la vertiente federal de la política de Roca era reconocida por el exponente del despertar de las nuevas masas argentinas, modificadas por la inmigración.
Es curioso que a Roca se lo borre de la nomenclatura dineraria, mientras que Bartolomé Mitre, fautor de la construcción contra natura de la Argentina y uno de los máximos responsables del genocidio paraguayo en la guerra de la Triple...
Regístrate para leer el documento completo.