Rock

Las mil y una
primeras veces
Magdalena Báez

No

imaginé que a los 12 años
marcaría mi vida. No es aquella
caída que deja huella en el codo o
el brazo cuando torpemente saltas
del columpioen pleno vuelo. En
la primera clase del primer día del
primer año de la secundaria llegó.
Para entonces ya me habían dado el
primer beso, debería decir, me habían
robado el primer beso. Unacálida
lengua jugosa había penetrado en
aquella cavidad en la que sólo se me había ocurrido insertar, por placer,
paletas. No entendí, perdí la sensación de los labios, lo único que recuerdo
es otralengua, me estorbaba. Así se arruinó el primer beso.
Si a la adolescencia le falta experiencia, le sobran iniciaciones. En aquel
primer momento de la educación secundaria apareció. No era el primeroal que me acerqué con cierta curiosidad. La verdad, las niñas regularmente
me decepcionaron: preocupadas por su belleza, pulcritud y buena letra,
no dejaban ni por una vez de contenerse. Encontraste, los niños desplegaban libertad y poca preocupación. Encontré a mi primer mejor amigo
en el mundo antes que a una mejor amiga y estuvo sentado en el pupitre
de al lado los tres últimos años de laprimaria. Ese primer día de escuela

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lo extrañaba. Fue quizás el primer impulso, buscaba un mejor amigo en
sustitución de aquél que había dejado atrás. Si bien sus ojos grandes y
azules, sucabello rizado y castaño claro lo distinguían, lo primero que
llamó mi atención fue que, sentado en la última fila de la primera línea y
en la primera clase del primer ciclo de la educaciónsecundaria, pidiera al
maestro que escribiera más grande la letra en el pizarrón. Poco sirvió esa
solicitud, lo cambiaron de lugar a la primera fila.
—Pide cita con el oculista para tu primer par de lentes—comencé la
plática a la salida del salón para el primer descanso. Tuve que oír entonces
una larga historia sobre cómo había perdido ya varios lentes. Pronto encontré un nuevo mejor amigo, si no...