Rojo Estigma
Cansados de estos abusos, formaron nuevos comités para defensa de los vecinos yprepararon un plan para liberar a los prisioneros.
Llegado el 2 de agosto, poco antes de las dos de la tarde, seis hombres armados con cuchillos vencieron la guardia del cuartel real yentraron a los corredores y al patio de la planta baja, dirigiéndose denodadamente a cumplir su principal objetivo: liberar a los próceres.
Tomados por sorpresa, los soldados españoles noofrecieron resistencia; pero después reaccionaron y dispararon un cañón, barriendo con casi todos los atacantes. Seguidamente bajaron a los calabozos donde permanecían encerrados lospatriotas e iniciaron la matanza.
Sin piedad fueron
masacrados
Salinas fue degollado en su cama, más allá cayeron Ascázubi y Aguilera; Quiroga murió altivo desafiando con la miradaa un soldado que, haciendo caso omiso de las súplicas de las dos hijas del patriota que habían logrado escabullirse entre la confusión, le descargó furiosamente un golpe de sable sobrela cabeza.
Nombres escritos
con sangre
Ahí, en los oscuros calabozos, entre carreras, disparos, olor a pólvora y sangre, gritos de horror y frases de valor, fueron despedazadosel patriota Juan Pablo Arenas, el teniente coronel Juan Salinas, el teniente coronel Antonio Peña; el capitán José Vinueza, el joven teniente Juan Larrea, y otros cuyos nombresescribieron con su sangre la historia de la asonada quiteña.
Registra la historia que muy pocos lograron salvar su vida en uno de los hechos tristes de los inicios del Ecuador independiente.
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