romino Rabaloni
Cuando los soldados alemanes rastrearon y destruyeron el gueto de Roma, el 16 de octubre de 1943, él consiguió escapar a la violencia que sufrieron las más de mil personas capturadas y deportadas en uno de los días más tragicos que la ciudad recuerde. La suya fue una suerte efímera: solo seis meses después acabó en manos de los camisas negras de Mussolini y su vida se transformó enun calvario. "Un largo viaje hacia la muerte", lo definió. Fue deportado a Via Tasso, calle romana tristemente famosa porque allí había una cárcel fascista donde los presos vivían en condiciones infrahumanas. Tras pasar por otras prisiones del régimen -Regina Coeli y Fossoli- Salmonì llegó a Auschwitz. Tenía 24 años y dejó de ser Rubino Romeo para ser el número A 15810, un objeto, un animal quetenía que ser eliminado.
Fue de los pocos que consiguieron sobrevivir y volvió a Roma en agosto de 1945. Se rencontró con sus padres pero no con sus dos hermanos, Angelo y Davide, asesinados por los nazis. Desde entonces, Salmonì se dedicó a transmitir la memoria de lo que muchos no pudieron contar. Lo hizo sobre todo con los niños y los chavales de colegios e institutos. Recordaba el frío que"te comía los huesos", el hambre que hacía chirriar los dientes durante el sueño, el cansancio infinito, y sobre todo el miedo, más fuerte que todo. Pero la crueldad y la locura humana no pudieron con él.
"Este hombre tiene que representar un ejemplo para los jóvenes de la ciudad, porque supo reconstruir su vida tras haberlo perdido todo", dijo ayer el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, históricomiembro del partido de derecha Alleanza Nazionale (AN), ahora fusionado con la formación Pueblo de la Libertad, de Silvio Berlusconi. El presidente del Congreso, Gianfranco Fini, exsecretario de AN, subrayó que solo la memoria puede representar "un antídoto eficaz y poderoso para impedir el regreso de los monstruos del pasado".
En la literatura ha sucedido algo similar. A las indagaciones deAntony Beevor y otros historiadores se sumaron títulos que volvieron a despertar un interés genuino en un público más amplio. Así sucedió con Las benévolas, extensa novela de Jonathan Littell, o con HHhH, novela-crónica de Laurent Binet sobre el asesinato en Praga a manos de milicianos del número dos de las SS nazis, Reinhard Heydrich. Las reediciones de las obras de Curzio Malaparte o el aumento delas biografías y memorias de personajes protagonistas o sufridores de la época, confirman el interés. La Segunda Guerra Mundial, el nazismo, el Holocausto, no pasan de moda. No pueden pasar de moda.
Prisionero A15810
La editorial Confluencias rescata ahora uno de los testimonios más entrañables de los judíos que estuvieron en los campos de exterminio y sobrevivieron para contarlo. La vidade Rubino Romeo Salmonì, un obrero judío de Roma, inspiró a Roberto Benigni su conocida película La vida es bella. El director italiano la conoció a través de este conciso libro, que el autor escribió a partir de sus recuerdos pasados muchos años de terminada la guerra, en distintas etapas, como una suerte de exorcismo para conjurar los peores recuerdos de su paso por Auschwitz, la muerte de susdos hermanos y, en definitiva, la mala conciencia por haber sobrevivido a tantos cadáveres.
Pero el libro de Romeo Salmoni (que sale a la venta esta semana y del que infoLibre publica un adelanto) no es una letanía, ni una reflexión sobre el hombre tras Auschwitz como las de Adorno o Primo Levi. Es una narración cronológica, sencilla y directa de sus vivencias, contadas sin ínfulas retóricas, y...
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