ronda de perdedores
CAPITULO I
Tintín. Mi apellido es Almada, tengo diecisiete años y creo que es verdad que ciertos hechos funcionan como bisagra. También que tiene un principio, y en este caso puede haber sido en el otoño. De anoche, en mi habitación, entrelazada los debós del a manos otras de la nuca y me quedaba vigilando el techo. Jugaba a que un lamparón de húmedas en elcielo raso era la estrella de muere y yo han solo aproximándome en el mellennium falcón. Desde el borde de la cama el cosmos se presentaba abrumador y las estrellas se diluían en distancias infinitas... es mi perro, un labrador negro con una aureola blanca en el pecho. Cuando estoy corriendo y cambio el aire siento que puede seguir indefinidamente. El sapo se llama Daniel Nirima, es petiso,gordo y es mi mejor amigo, aunque su ego sea inversamente proporcional a su estructura. Como le cuesta aceptar los kilos superhéroe estampado y que le quedan inmensas. También lleva pantalones holgados, con los bolsillos llenos de tapas de gaseosos, llaves, pilas viajas y cualquier basura sin ningún tipo de finalidad, aunque al afirme lo contrario. Tiene una habilidad natural para construir oarreglar cosas. a los dos no gusta hacer maquetas de aviones o naves espaciales, y el siempre tarda más y le quedan mejor. Desde que afrontamos lo de hacer la peli fue el más constante y detallista. En mi habitación Daniel elige la música y yo propongo listas en voz en algún supuesto viaje, los capítulos más aburridos de cualquier serie de la tele y, ya en la madrugada ineludiblemente, renqueamos losdiez mejores comis que leímos. Un buen lugar para leer una historieta es siempre la habitación, de la biblioteca o la del bufe del colegio. Pero el lugar prefecto es el aire libre, un día de sol y bajo la sombra de un árbol generoso.
Cerca de mi casa había una comiquería, Ernesto, el dueño, fumaba mecánicamente un marlboro y estudiaba un catálogo de envíos. Es un tipo de cuarenta y monedas.Nunca le pregunte la edad. Tiene un bigote tupido en forma de manubrio de bicicleta, y es de la mismas dimensiones que un oso polar.
El viernes anterior mis viejos alquilaron un DVD y mi papa nos llamó a los gritos, como si se quemar la casa. ¿Que van a hacer esta noche? Pregunto mientras disponía un mantel sobre la mesa ratona en el living. También había comprado pizza y mama ya venía de laconcia con los platos y servilletas. Nada conteste mientras retiraban los pies de la mesita. Entonces queremos que vean una película con nosotros agrego dando por entendido que no aceptaba protesta.
Inesperadamente entraron el negocio dos chicas de quince o dieciséis años; era un belleza rubias vestidas con uniforme de colegio privado inglés o alemán. Tenía el pelo y la ropa empapados y en suvida se hubieran presentado en una comiquería si no fuera porque caían spuntniks sobre el pavimento. Confieso que mi primera reacción de también como la de ellas, pero la siguiente fue acércame a avisarle a mi amigo: temes el culo al aire. El sapo se dio vuelta y, al entender la situación, se prendió fuego de vergüenza. Después de unos minutos volvió goteando y a las puteadas. Me afano un librodijo sacudiéndose como pastor inglés y junándonos con indignación por no haber hecho nada. Me quede colgado un rato, tratando de enhebrar una idea, una en la que nunca había reparado, no eremos los únicos. Había más como nosotros. Los jóvenes en la última hora teníamos literatura. Me gustaba la materia pero Martha Ramírez Bavaso, la profesora, conseguía que fuese particularmente denso escucharla.No sé cuántos años tiene, pero es altamente probable que los tenga todos. Usaba un par de lentes que esto seguro fueron hechos en la base de dos botellas de JB, y al leer algo se los quitaba y entrecerraba los ojos, como si estuviera descifrando algún designo incierto en la borra del café. Esta mujer ya no había avisado que para completar la nota del trimestre nos iba a dar algún trabajo a...
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